Capítulo 14. SUCESOS IMPREDECIBLES

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PARTE 1

20 de agosto, 2018.

Fiesta.

Estoy casi listo para la grandiosa fiesta, donde claramente la palabra gente resplandece, si no hay personas no existe fiesta, bueno pues precisamente eso odio.

No planeaba ir, estaba tentado a dormir profundamente. Sigo aún nervioso por esa carta por esa clara advertencia que deseo darme.

Me encuentro asustado porque no se de lo que es capaz, no por mi exactamente, sino por mi familia. Sé que no somos la mejor familia, me atrevería a decir que somos un estándar promedio.

Pero sigue siendo mi familia y ahora que él sabe que le estoy acechando puede hacer cualquier movimiento. También estoy furioso porque no sé quién es y eso le da un punto — más que un punto — a su favor.

Él sabe todo de mí y yo estoy entre las sombras, puede colocar trampas y caeré fácilmente porque no sé nada de él, pero no por mucho tiempo.

Cuando lo vi su contextura era la de un hombre. Era alto un poco más que yo eso quiere decir....

Él asesino es un hombre.

Sonrió. Eso es un avance, lograre golpearlo sin sentirme tan mal.

Abotono el ultimo botón de mi camisa blanca y me observo en el espejo. Mamá entra y me ofrece una sonrisa genuina y la correspondo.

Se acerca a mí y envuelve sus brazos por detrás, Samantha es una mujer alta así que apoya su mentón en mi hombro.

— Luces realmente bien cariño— susurra besando mi mejilla.

A veces puede ser una no tan agradable madre, pero en otras ocasiones es realmente ella, sin esas exigencias y estereotipos solo una madre preocupada por sus hijos. No considero que sea mala madre, sólo que se preocupa mucho en la imagen, creo que es su obsesión.

—Tengo unos genes increíbles — sonrió de lado.

Ella se posiciona en frente de mí y acomoda mi moño mientras yo me coloco los tirantes.

— ¿Iras con Ayla?

— Pasaré por ella.

— Perfecto cariño, sabes ustedes dos...

Blanqueo los ojos.

Era demasiado bueno para ser verdad.

— No, mamá.

Beso su frente y salgo de mi habitación. Observo a mi pequeña hermana con un par de cuentos mientras se dirige a su cuarto.

Luce tan tierna con esos libros, su cabello rojizo es corto con ondulaciones al final.

—Dulce.

Se voltea y me mira con una sonrisa radiante.

—Muy lindo—dice observándome.

—Gracias cariño, ahora dime ¿dónde andabas?

Ella me sonríe y solo se encoje de hombros antes de abrir la puerta de su habitación.

Con mi abrigo en mano salgo. Observo a Helena sentada mientras lee un libro y sonrió.

Sí, tenemos ese hábito.

Sujeto las llaves en mi mano y abandono mi hogar.

El frío de Geerland es un poco intenso, como siempre, los árboles se mueven furiosos y el silbido que proyecta es fuerte.

Flores azules 1Donde viven las historias. Descúbrelo ahora