ESPECIAL 1

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9 de agosto, 2018.

Arian Jennings

Blanqueo los ojos con fastidio.

El profesor sigue explicando un tema del cual no presto atención, bufo de nuevo. Alzo mi vista y aparto los molestos mechones de mi cabello. Alzo las comisuras de mis labios en un intento de sonrisa.

Entonces la veo.

Trae un vestido en color violeta, unas medias negras junto con sus botines de tacón, su cabello se encuentra sujeto con una trenza algo suelta dejando cabellos a los lados de su delgado rostro.

Realmente es bonita.

Pero eso no es lo que me da curiosidad. Sino su otra belleza.

Frunce el ceño y ruedo mis ojos.

Es solo una niña rica.

Me recuerdo.

Pero sé que es una completa falsa.

La clase finaliza y yo espero pacientemente a que todos desalojen el aula.

Nadie se da cuenta de mi presencia y eso es un punto a mi favor. Ella suspira.

— Estúpido profesor— habla lo suficientemente alto para escucharla.

Quiero reír, pero ese no es mi estilo. Me levanto tomando mi mochila aún cerrada y la cuelgo en mi hombro, paso por su lado, pero ella está absorta a la nube de sus pensamientos.

Me posiciono frente a ella.

— Yo también creo que es estúpido — suelto en un simple murmullo, ella abre sus ojos y esos pozos de las hojas en su apogeo verano me observan.

Se sobresalta y me mira sorprendida. Sus labios rozados se abren ligeramente produciendo un jadeo adorable.

— Esté... yo... que...

Suelta palabra al azar, se levanta tomando su bolso, pero le imposibilito el paso.

— ¿Nerviosa?

Ella da pasos atrás buscando espacio personal.

Cada dos pasos de ella es uno mío.

— Necesito irme— musita con la voz ahogada.

Alzo una ceja y ella no se mueve es como si su pequeño cuerpo estuviera congelado. Me acerco un poco más y mi torso roza con su pecho.

— Pero no quieres hacerlo.

Me mira a través de sus pestañas y puedo sentir como su pecho sube y baja de una manera rápida. Alzo mi mano y tomo entre mis dedos unos mechones sueltos, ella sigue con su mirada mi movimiento y aquello hace que sonría internamente.

Te tengo.

Me acerco a su oído rozando mis labios en su mejilla.

— No uses tu mascara de niña buena conmigo linda.

— No.... sé de qué hablas.

— Me gustas— suelto las palabras que tanto desea escuchar. Apoyo mi frente en su hombro y paso las yemas de mis dedos por su media.

— Yo.... no sé qué decir.

Puedo sentir la presencia de alguien a mis espaldas y se quién es.

— No necesitas decir nada Ayla, solo déjate llevar.

Ella parece hacerme caso y me aleja un poco, toma mi barbilla y un brillo especial hay a través de sus ojos.

Acaricia mi mejilla y le sonrió. Ella sonríe complacida.

— No pensé que un chico como tu sonriera.

Alzo una ceja.

— No pensé que una chica como tú fuera peligrosamente bella.

Se tensa un momento y tomo su mentón. Beso sus labios y ella suspira.

Fue fácil.

Bueno basta Arian vámonos.

Escucho la voz dulce de mi hermana. Ayla se separa de mí y observa con horror a Azul.

— No le diré nada a Nihal.

Le guiña un ojo ante de darse media vuelta.

— Nos vemos en el bosque por la noche.

Ella asiente con un ligero rubor en sus pómulos.

Me alejo de ella complacido por el resultado.

Ella podría ser un ángel encarcelado en el infierno y una vez ahí te conviertes en el fuego mismo. Y yo me encargaré de dejarla ahí por siempre.

Flores azules 1Donde viven las historias. Descúbrelo ahora