Capítulo 6: Chica de la Cafetería

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-Me lo cuidas mucho, por favor. Es mi hijo. -Poché no quería dejar a su hijo con Valentina. Ya lo extrañaba y aún lo tenía de frente.

-No te preocupe, Pochis. Lo cuidaré como si fuese nuestro hijo. -Comentó con la sonrisa típica de doble sentido.

-Lo cuidaremos bien, Poché. Espero que su viaje sea genial. Iría a la corrida, pero ya sabes... las motos dejan de estar presentes cuando tienes una familia. -Habló Angelo mientras abrazaba a su hija.

-Por eso sigo soltera. -La Motorista comentó victoriosa y Angelo suspiró rendido.

-Moto o familia... difícil elección. -Dijo riendo. 

-Ya, papá... que estoy aquí. -Dijo Valentina con disgusto. 

Ella sabía que su padre había dejado las motos desde que ella nació y se sentía culpable por ello en cierta forma. Las motos era la vida de su padre, así como eran la vida de Poché.

-Sabes, no me arrepiento de nada. Igual prefiero a esta mocosa, igual me sale cara. No compro piezas, accesorios o gasolina para las motos, pero igual gasto lo mismo o más semanalmente en ti. -Angelo habló mirando a su hija haciendo que los tres rieran.

-Bueno, señor... ya me debo retirar. Debo preparar las cosas, en una hora debo estar en camino al hotel. -Poché alzaba la bolsa que había preparado con todas las pertenencias necesarias para Máximo, incluyendo su comida.

-De acuerdo, muchacha. Ten cuidado y aunque seas grande sabes que me puedes llamar si necesitas algo o te ocurre algo. -Angelo recibió la bolsa.

-Claro, señor y muchas gracias de nuevo de verdad. -Dijo mientras se agachaba para acariciar a su hijo. -Chico, te portas bien con Angelo y Valentina. Eres un caballero educado, demuestra que eres mi hijo. Te amo. -Poché comenzó a dejarle algunos besos a su hijo.

-Serías buena madre. -Comentó Angelo haciendo que Poché se pusiera de pie como un resorte.

-Buen chiste, Angelo. Prefiero a Máximo y a las motos.

Poché volvió a su casa y se dispuso a guardar todo lo necesario en su mochila.

La Peli-Azul se aseguró de ir esquina por esquina en su casa para verificar que todo estuviera cerrado y seguro antes de irse.

Volvió a su habitación por última vez para tomarse una foto y subirla a sus redes. Luego de unos minutos volvió a mirar su celular y ya tenía varias reacciones de sus seguidores, pero los ignoró a todos.

Poché llegó al hotel luego de recibir el mensaje con la dirección del mismo.

Dentro de la habitación once estaban Pau, Paisa y Poché. Ya era la media noche cuando decidieron que era mejor dormir. Pau y Paisa durmieron juntos en la cama, mientras que la Motorista optó por no hacer mal tercio y dormir en el sofá cama.

La habitación era bastante sencilla: una cama para dos, un sofá cama, una pequeña nevera, un televisor colgado en la pared, una gran ventana cubierta por unas cortinas, un pequeño armario y una puerta que daba al baño. En el suelo de la habitación habían dos mochilas y dos casetas de campaña en sus empaques.

La corrida no tendría rumbo para finalizar cada día, así que, mejor era que fuesen preparados para dormir en donde fuese que diera la noche. Paisa había hablado con otros amigos que irían en camionetas para cargar las cosas pesadas.

Un ruido interrumpió las horas de dormir de la Peli-Azul o mejor dicho unos golpes. Ella no quería levantar la cabeza para ver que ocurría en caso de que fueran sus amigos dándose amor, así que solo hundió su cabeza en la almohada.

Cuento que merece un final mejor {Caché G!P}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora