Capítulo 7: Bonita y Rara

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Paisa y Poché ya estaban en las motos esperando a Pau y a Calle.

-Entonces, ¿qué te ha parecido? -Preguntó Paisa mientras ajustaba su mochila.

-Me encantas tus preguntas abiertas... te puedo responder abiertamente y no te puedes quejar -Le respondió la Peli-Azul mientras imitaba su acción y ajustaba su mochila.

-Es costumbre, me refiero a que te ha parecido Daniela. -Paisa se sentó en su moto y la aceleró un poco.

-Es bonita y rara. -Se limitó a responder la motorista.

-Bonita y rara... -Susurró Paisa de manera pensativa.

-Exacto.

-Chicos ya, todo listo. Es hora de irnos. -Pau anunció al llegar junto al par de amigos y atrás de ella caminaba una tímida Daniela.

-Son las seis en punto... nos da tiempo de pasar por la costa y ver el amanecer. -Comentó Paisa y Poché notó una pequeña sonrisa en el rostro de la castaña.

-Correcto, así que... señoritas. Suban. -Habló Poché mientras se subía a su moto.

Paisa y Poché cargarían las mochilas, mientras que Pau y Calle llevaría en sus espaldas las casetas de campaña. Aunque a Poché no le parecía esa idea porque eran algo pesadas para las dos chicas, pero no había otra forma de hacerlo.

Pau se subió con Paisa luego de ponerse su chaqueta y lo abrazó. Daniela se subió detrás de la Peli-Azul y intentando bajo todos los medios posibles hacer el menor contacto con la motorista.

-Emmm... Calle, te aconsejo que te pongas una chaqueta o abrigo. Es temprano y el frío puede hacerte resfriar. -Le aconsejó la Peli-Azul sintiéndose algo estúpida por preocuparse de un resfriado. 

-Es que solo tengo un abrigo y está dentro de mi mochila. -Justo era la mochila que Poché tenía puesta de frente.

Para poder cargar las dos mochilas, la Peli-Azul se colocó su mochila en la espalda y la de Calle de frente, al igual que hizo su amigo.

-Vale, abre mi mochila... estoy segura que hay un abrigo que puedes coger sin problemas. -La motorista sintió las manos de la castaña sobre la mochila, pero no hubo ningún otro movimiento. -Dale bonita, sin miedo. Te estoy dando permiso de abrir mi mochila, no hay nada de que preocuparte.

-Permiso. -Pidió tímidamente y tomó el abrigo. Se bajó de la moto, se quitó la caseta y como una niña pequeña comenzó a buscar la forma de enderezar el abrigo para ponérselo. 

Poché sonrió, le causaba bastante ternura verla. Se bajó de la moto y se acercó a ella.

La Peli-Azul se paró frente a ella sujetándola de los hombros haciendo que se detuviera y la mirara.

-Ande, yo la ayudo. -Poché le quitó el abrigo, lo enderezó y se lo colocó en un segundo. -¿Ves? No fue tan difícil.

-Gracias. -Agradeció la castaña y mientras miraba las mangas que le quedaban un poco pequeñas. -Un poco pequeño. -Comentó con una sonrisa.

-Bueno... o un poco pequeño o la portadora un poco grande. -Lejos de molestarse por la pequeña critica hacia su abrigo favorito, la Peli-Azul le revolcó el cabello a la castaña como si se tratase de una niña.

-Gra... gracias. -Calle se colocó la capucha y Poché se cruzó de brazos con una sonrisa.

-Ahí está... la Bestia encapuchada. -Poché se giró y se volvió a montar en la moto, ella se acomodó la caseta en la espalda y volvió a montarse. -Ten. -La Motorista le pasó el casco que colgaba en el manubrio izquierdo. -No lo vayas a dañar o ensuciar... es de mis favoritos. -Le advirtió muy seria.

Cuento que merece un final mejor {Caché G!P}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora