La Castaña despertó cuando su alarma sonó. Tomó su celular... 7:15 pm.
Sin ánimos por ir, tomó su pequeña maleta y entró al baño.
-Debiste aceptar ir con Poché a dar ese paseo... -Se regañó mientras se veía al espejo.
Se fijó en su lunar y sonrió. No comprendía porque a la Peli-Azul le gustaba tanto ese pequeño detalle en ella. Sebas jamás le había dicho que le gustaba algún lunar de ella y Poché cada vez que podía se lo dejaba saber.
Se metió a la bañera y volvió a sonreír recordando ese juego en el baño de Poché. Unos minutos más tarde, Calle se encontraba frente al espejo dando su últimos toques a su maquillaje.
Se miró de arriba a abajo, se sentía especialmente hermosa en esa noche. Su traje blanco de pantalón cumplía con el requisito de "Vestimenta formal". Miró el reloj, ya era hora de salir si quería llegar a tiempo. Fue a la habitación: Sebas seguía dormido en medio de la cama.
Suspiró mientras tomaba su bolso, luego de la fiesta solo el robo uniría su vida con la de Sebastián. Solo en un par de días podía ser libre y explorar el mundo a su gusto.
La Castaña salió de la habitación y tomó el ascensor. Tomó su bolso para revisar que llevaba todo y se encontró con aquel documento roto por la mitad. Al salir del ascensor se acercó al cesto de la basura, pero antes de botarlo lo desdobló. Cerró los ojos cuando lo dejó caer dentro del cesto.
Se montó a su auto y arrojó su bolso contra el asiento del copiloto.
-No llores, Calle. No puedes llorar, ya no más. -Miró su bolso el cual se había derramado. -Poché... -Murmuró mientras tomaba la pulsera que le había regalado y se la colocó antes de poner en marcha el auto.
La noche estaba fría, el tráfico un poco pesado y Calle sonrió. Cualquier detalle le hacía recordar a la Peli-Azul.
La Castaña fijó su vista en la pulsera que decoraba su muñeca.
-Un hilo rojo... La unión de dos almas por un hilo rojo invisible. -La bocina de un auto hizo que Calle reaccionara y volviera a prestarle atención al camino.
-¿Nombre? -El guardia de seguridad se acercó a la ventanilla de la Castaña con una libreta en mano.
-Daniela Calle. La invitación está al nombre de mi pareja, Sebastián Villalobos. -Calle le pasó la invitación y el guardia anotó los datos.
-Puede pasar. -Le dedicó una sonrisa seguida de un guiño de ojo a lo que la Castaña frunció el ceño y continuó hasta aparcar.
Tomó su bolso y bajó del auto para ver una gran cantidad de autos aparcados. Algunas familias caminando hacia la entrada del local vestido de una manera muy elegante.
Calle suspiró y comenzó a caminar hasta las escaleras de la entrada.
-¡Calle! -Johann llegó a su lado con Laura de su brazo.
-¡Johann y Lau! -Calle los saludó de un beso en la mejilla ambos. -¡Wow! Están hermosos chicos.
-Tú estas hermosa, Calle. -Laura le sonrió.
-¿Y Sebitas? -Johann preguntó mientras miraba a su alrededor.
-No pudo venir. Anda indispuesto, se ha enfermado. Para mañana estará como nuevo.
-Bien. ¿Entonces me haces el honor de ser la segunda mujer en acompañarme de mi brazo? -Johann extendió su brazo, y Calle lo agarró tal y como Laura lo hacía.
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Cuento que merece un final mejor {Caché G!P}
FanfictionRobos, engaños, mentiras, amistad, traición, dolor y amor. La llegada de María José a la banda de robos "HR" representa nuevas oportunidades, nuevos retos y nuevos peligros para el grupo y para ella. Poché se enamorará de Daniela Calle a pesar de qu...