Capítulo 17: No vi

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-De acuerdo.

Poché fue por la moto y cuando regresó, Calle la esperaba con los dos cascos que ambas habían utilizado.

-Muchas gracias por traerlos, puedes colocarlos si gustas. -Calle miró la pared y me volvió a mirar a Poché. -Van en la fila de arriba. -Le comentó la Peli-Azul y ella asintió.

La Motorista acomodó la moto y sacó su moto de uso diario. Miró hacia Calle quien estaba subida a una pequeña escalera para colocar los cascos con dificultad. Sin pensarlo, Poché se acercó a ella y colocó sus manos en la cintura de la Castaña cuando la vio tambalear. Calle de inmediato agarró la mano derecha de la Motorista con miedo de caerse.

-Tranquila, solo te ayudo. -Poché le dijo y ella colocó el primer casco. -Te voy a soltar un segundo para darte el otro. -Le avisó y con rapidez tomó el otro casco para pasárselo.

Poché le dió la mano para ayudarla a bajar de la escalera, pero por la posición. La Peli-Azul estaba sufriendo al tener a todas vistas el trasero de la Castaña.

"¡Joder que maldita tortura! Tranquila Pochass, piensa en cosas feas..." Pensó y la tortura terminó cuando Calle salió al patio dejando a una Poché confundida.

Ya habían pasado tres horas desde que habían llegado la casa, eran las ocho de la noche.

Entre Calle y Poché eran pocas las palabras que cruzaban y mayormente eran referentes a Máximo. La Peli-Azul miró el reloj de su computadora para impacientarse cada vez más.

Calle estaba tranquila, aunque nerviosa notablemente por el movimiento repetitivo de sus manos chocando débilmente contra sus muslos mientras veía la TV.

Poché, a la par estaba sentada en la barra de su cocina con su computadora editando las fotos que había tomado durante el recorrido.

De vez en cuando a Poché le daba complejo de fotógrafa y lo hacía bien.

Su concentración iba de la imagen que editaba a la imagen en vivo y a todo color de Calle.

No lo podía negar, Calle era una de las chicas más hermosas que había conocido y muy probablemente estuviera en el número uno de esa lista.

-¡Carajo! -El grito de Poché alertó a Calle y a Máximo.

Su celular había sonado y por andar viendo a Calle, la tomó de sorpresa.

-¿Todo bien? -Preguntó Calle mientras miraba a la Peli-Azul con curiosidad.

-Sí, solo me distraje... un segundo. -Le respondió antes de aceptar la llamada.

-Paisa, hasta que deciden aparecer. Mire la hora que es... temprano no es, recuerda que deben llevar a Calle a su casa... ¿qué?... No me jodas, pero ustedes dijeron... ¿y qué quieres que haga? ¿La llevo o qué?... Vale, Pau eso es una amenaza. ¡No! Con Pochesito no te metas... Vale... no tengo problemas, pero ella no sé... va, te la paso. -Poché se puso de pie con la mirada de confusión de Daniela siguiéndole hasta que le pasó el celular.

-¿Buenas?... Paisa, ¿qué ocurre?... -Su ceño fruncido era un poema. -Pero, ¿Por qué?... ¿Y cómo hago yo?... es que debo ir a casa... si, pe-pero, ¿y Sebas?... ¿Seguro?... de acuerdo, te la paso. -Calle le devolvió el celular mientras cerraba los ojos para luego suspirar.

-¿Entonces?... vale. Se cuidan. -Poché aceptó sin estar convencida y terminó la llamada.

-No puedo creer que se hayan perdido de regreso. -Una frustrada Calle habló.

Cuento que merece un final mejor {Caché G!P}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora