Capítulo 35: ¿Dónde estás Poché?

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Era el cuarto día en el que la puerta de la casa de la motorista sonaba sin respuestas.

Dentro de la casa no se había visto la luz del sol, no se sentía nada ni se escuchaba.

-¿Crees que este bien? -Valentina le preguntó a su padre.

-No lo sé hija, solo espero que sí. Que sepa que puede recurrir a nosotros. -Angelo se alejo de la puerta y abrazó a su hija.

Ambos se habían enterado de que el mejor amigo de Poché había sido asesinado hacía cinco días.

-Paisa era un buen chico. -Valentina había compartido en muchas ocasiones con él.

Paisa y Valentina habían sido cómplices de algunas maldades contra la Peli-Azul.

Como la vez en la que le escondieron la moto de uso diario a la Peli-Azul y casi le da un infarto.

La vez que le desorganizaron la colocación de los cascos y tuvieron que correr por sus vidas.

O como la vez en la que los tres se volvieron pintores y para renovar el estilo de la casa de Angelo y la Peli-Azul terminó con el cabello color terracota.

-Lo era, era un gran muchacho. -Angelo suspiró y su vista se fijó en el Volvo que llegaba como cada día y se detenía frente a la casa de la Peli-Azul. -Esa muchacha también debe estar muy preocupada. No hay un día en el que no aparezca. -Comentó Angelo mientras se acercaba al auto de Calle.

-¡Buenos días! ¿Han sabido algo de Poché? -Le preguntó luego de bajarse de su Volvo.

-¡Buenos días joven! -Angelo se acercó para abrazarla. -No, sigue sin salir.

-¿Están seguros que la vieron entrar? -Cuestionó con tristeza la Castaña.

-Sí, de hecho mira su moto. Sigue en su lugar. -Valentina señaló la moto de uso diario de la Peli-Azul que seguía en el porche desde aquella noche en la que regresó.

-¿Han dado con los culpables? -Angelo le preguntó y Calle negó con la cabeza. -Joder, es una tristeza. Esos desgraciados deben pagar, Paisa era un buen joven. -Angelo se cruzó de brazos con algo de molestia.

-Era un buen joven, estas en lo correcto.

-¿Has sabido de Pau?

-Ella está con su familia. Se ha tomado un tiempo. -Calle le respondió mientras analizaba los alrededores de manera disimulada.

-Es bueno que seas amiga de Poché y de Pau, puedes darle apoyo a ambas.

-Eso intento, pero Poché no aparece.

-Quizás alguien la vino a buscar y se fue sin darnos cuenta. -Comentó Angelo mientras saludaba a los vecinos que pasaban en el auto.

-No creo papá, Poché no dejaría su casa de repente y sin avisar.

-Jovencita, ¿Quieres entrar a casa para esperarla?

-No se preocupe señor. Esperaré un par de minutos a Poché y luego me iré. No me dieron mucho tiempo de descanso en el trabajo. -Calle medio sonrió y Angelo asintió.

-Entonces, vamos hija. Señorita, cualquier cosa estamos a la orden... y si aparece Poché por favor dile que se de una vuelta por casa.

-Por supuesto señor, si aparece ya le diré.

Angelo y Valentina se fueron a su casa, y Calle caminó hasta sentarse en el escalón del porche.

Sacó del bolsillo de su abrigo una carta.

Cuento que merece un final mejor {Caché G!P}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora