Capítulo 21: Me vale madres

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Los minutos pasaron y la Peli-Azul tenía su plan listo. Algo sencillo, pero seguro.

-Bien, ¿qué tienes? -Dan apareció a paso firme y muy seria hasta que se sentó en su lugar.

-Según lo que se sabe públicamente... la joyería solo tiene una puerta principal y una puerta de salida para los empleados. Son dos guardias de seguridad en la entrada y un promedio de seis empleados. Cámaras de seguridad y el cuartel de la policía más cercano está a diez minutos. Haré todo contando con que solo tengo cuatro minutos a partir del momento en que saque el arma. Solo tomo a un solo rehén de la joyería para tener una ventaja ante ellos. -Explicó Majo mientras Preguntas proyectaba en la pantalla fotos del lugar.

-¿Cuentas con que pueden haber policías cercanos y con que los hombres de seguridad están armados? -Dan le preguntó mientras la miraba por encima de sus lentes de lectura.

-Por supuesto, por ello el rehén y uno que otro artefacto que deberé llevar para neutralizar a los guardias.

-Es mucho. ¿En qué manejarás? -Dan quería hacer dudar a Majo con su punto débil.

-Eso está resuelto. El rehén conducirá por mi.

-Añades secuestro a tu delito.

-No me iré con el rehén. -Majo tenía todo bien planeado.

-¿Cuándo quieres llevar a cabo tu plan? -Dan miró fijamente a los ojos de Majo, pero ésta desvió su mirada hacia la pantalla en la pared.

-Hoy mismo. -Habló firme.

-¡Eso me gusta! Esa es la actitud. Sin dudas. -Orden palmeó la espalda de la Peli-Azul con una gran sonrisa.

-Entonces, adelante. Puedes usar tu equipo o equipo nuestro. Orden o Preguntas te puede llevar por las cosas. Te quiero lista antes de las nueve. Te quiero dentro de la joyería a más tardar nueve y media. -Dan se paró y se reunión con otros hermanos.

-¿Estás segura? -Preguntas se acercó con dudas a Majo.

-Sí, solo vamos por las cosas ahora. Por si no hay lo que requiero ir a mi casa y que me dé tiempo. -Majo se puso de pie, le dio un último vistazo a Dan quien estaba de espalda a ella y se fue detrás a Preguntas.

-Bien, todo lo que tomes debes dejarlo sobre la mesa. -Preguntas señaló la mesa blanca en medio de la sala llena de armas y otras cosas potencialmente peligrosas. -Orden vendrá para anotar todo lo que has tomado y darte el visto bueno.

Majo caminó por la sala observando cada cosa mientras que en su cabeza hacía una lista de lo que necesitaría.

-Preguntas, Noche te busca. Yo superviso. -Dan entró a la habitación, Preguntas salió y la Castaña cerró.

-¿Con quién me comunico? ¿Con la que le entra en ataques de pánico o la Bestia? -Majo no se giró para verla.

-Hablas con tu Líder. -La Castaña se sentó sobre la mesa blanca mientras observaba cada movimiento de la Peli-Azul.

-¡Já! A ese cuento con otro chino.

-¿Eso es un refrán? ¿No se supone que es: a otro loco con ese cuento?

-Me da igual, no es real... como tú. -Majo se volteó y le sonrió hipócritamente.

-¿No se supone que eres una dama?

-Se suponen muchas cosas en la vida. Lo que tú supongas me vale ver...

-Palabrotas no. -Dan la interrumpió.

Cuento que merece un final mejor {Caché G!P}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora