Capítulo 12: Un Hijo

4.3K 252 4
                                    

Mini Maratón 3/4

La Peli-Azul despertó al sentir un brazo sobre su costilla y una mano en su pecho. Calle tenía  una mano sobre el corazón de la Motorista. La Peli-Azul debatió en su mente sobre despertar a la Castaña o no, pero ver a su compañera en la tranquilidad de su sueño, libre de miedo y de nervios no le permitía despertarla. Con sumo cuidado, la Peli-Azul tomó la mano de la Castaña y la apartó para poder deslizarse de la cama alejándose de su compañera.

Se sentó en el borde de la cama al final y miró a Calle. No había nada que no le gustara de lo que veía. 

En el remoto caso de que a la Peli-Azul se le ocurriera "sentar cabeza", esa sería la vista que le encantaría ver cada mañana.  

Calle era hermosa, un cuerpo hermoso, llena de serenidad y un ángel ante sus ojos. La silueta marcada bajo la cobija, su rostro lleno de serenidad.

La Peli-Azul sacudió su cabeza intentando alejar sus pensamientos que comenzaba a tornarse oscuros.

Tomó su celular para toparse con más notificaciones de una simple foto.

"¿De dónde ha salido tanta gente?" -Se preguntó.

Poché no era muy sociable en general, pero en sus tiempos de universidad sí supo atraer a muchas personas. La Peli-Azul era llamativa para mucha gente. Era hermosa, interesante, ruda, el alma de las fiestas, podía ser un amigo más para los hombres o el pecado perfecto para las mujeres. De ahí su pequeña fama, pero por supuesto todo era de lejos. Bien la Peli-Azul llevaba meses o años sin ver a la mayoría de esas personas y poco le importaba.

Comentarios como: "todo chido", "la playa es vida", "ya dinos que estas en la playa con tu novia" solo le provocaban risa a la Motorista.

 "Poché soltera chicas, Pochesito sin dueña por toda la vida..." -La motorista sonrió y miró hacia la silueta en la cama. -"Muy soltera."

La Peli-Azul se obligó a pararse para detener de nuevo el camino de sus pensamientos, sabía que terminarían con un "pero" o un "hasta" y eso no le agradaba. Caminó hasta la salida de la caseta, pero se detuvo al escuchar la voz soñolienta de Calle.

-¿Poché?

-¿Calle? -Poché se volteó y la vio estrujándose los ojos.

-¿Ya nos vamos? -Preguntó la Castaña como si una hija le preguntara a sus padres.

-No, Bonita, yo tengo que salir. -Le respondió la Peli-Azul quien sonrió al ver el cabello revolcado de su compañera.

-¿Me dejas? -Preguntó con un puchero.

-¿Qué? No, solo voy al baño. 

-¿Puedo ir?

-¿Vas al baño?

-Sí. -Calle se quitó la cobija quedando descubierta.

-Entonces, vamos. -La Peli-Azul se acercó a la Castaña y la ayudó a ponerse de pie.

Al regresar de los baños, luego de haber aprovechado la ocasión para bañarse, ambas chicas entraron a su caseta y se sentaron. Ninguna decía nada, solo estaban ahí, dejando el tiempo pasar. Poché con una camisa sin mangas y un pantalón corto. Mientras que Calle tenía una T-shirt y un pantalón de pijama hasta las rodillas. 

Poché en su celular viendo un catálogo de motos porque de algo estaba segura, la nueva R 1250 GS Adventure debía de ser de ella pronto.

Al mismo tiempo Calle, a escondidas de su compañera, veía sus redes sociales en busca de algo que para ella no tenía sentido a pesar de haber buscado lo mismo el día anterior y no encontrarle sentido de igual manera. A Poché en las redes sociales.

Cuento que merece un final mejor {Caché G!P}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora