Capítulo 54: Eran Conscientes

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*Aquí es donde inserto un último Mini +18 decorativo*

Y a partir de ahora... La canción que le dió título a la historia:

-Debí haber previsto que nos tocaba dormir hoy acá y que tu habitación era la de Sebas. -Calle se sentó en su cama mientras miraba como Poché se quitaba sus botas.

-Por mí no hay problema, a lo mucho él puede amanecer muerto. -La Peli-Azul le restó importancia a sus palabras.

-No puedes matarlo y menos aquí. Recuerda... Somos hermanos. -Calle habló y Poché se acercó peligrosamente a ella.

-¿Hermanos? Hermanos son Vida, Ganas, Noche, Preguntas, Ingenio o Veloz... Orden no es un hermano. Tú y yo no somos hermanas.

-Lo somos. -Calle afirmó, pero su voz tembló cuando Poché se inclinó hacia ella.

-No lo somos. -Poché evitó cualquier respuesta de la Castaña al unir sus labios. -Mañana será el gran día de Navidad.

-Lo será. -Calle llevó su mano al rostro de la Peli-Azul para acariciar su mejilla.

Poché hizo que Calle se acostara en su cama para posarse sobre ella apoyada de sus codos.

-Sabes... Los ojos de la Doctora eran lindos, pero los tuyos son hermosos. Un color tan neutral que cada vez que los veo me hipnotizan. Tu nariz tan perfilada y tan bella sin cirugías, una obra de arte verte de perfil. -Poché pasó lentamente su pulgar por la nariz de Calle y la Castaña cerró los ojos al contacto. -Tus labios. Mujer, tus labios son una maravilla que hacen maravillas. Me invitan a pecar los siete días de la semana. -Poché le dio un pico rápido en ellos. -Tu lunar, puede que el lunar más hermoso que haya visto y vea en toda mi bendita vida. -Bajó su rostro y depósito un tierno beso. -Tú, entera. Eres lo que siempre quise sin quererlo. Eres lo que todos desean, pero pocos merecen y me encantaría merecerte.

Calle no dijo nada. Sus ojos seguían cerrados, pero sus manos fueron directamente al borde de la camisa de la Peli-Azul y con su ayuda se la quitó.

Sus labios se unieron en un beso calmado: no habían ansias, no habían prisas.

Las manos de Calle recorrían la espalda de la Peli-Azul como si la estuviera leyendo en Braille.

Poché se bajó de la cama para quitarse la ropa restante que le quedaba y Calle imitó su acto, pero solo Poché la dejó quitarse ese pantalón que no le permitía apreciar las piernas de la Castaña.

-Eres hermosa de todas formas, Calle. -Poché susurró cuando la Castaña la hizo quedar sentada en el borde de la cama para subirse a su regazo.

-Lamento muchas cosas. Muchas que ni siquiera puedo decir, pero lamento como no tienes idea el no haberte conocido antes.

-Las personas llegan a tu vida cuando son precisas. Si hubiera llegado antes, la historia hubiera sido diferente, Bestia.

Poché tomó el borde de la camisa y la desapareció arrojándola a cualquier parte de la habitación.

Se puso de pie sosteniendo a Calle y la acostó sobre la cama de nuevo.

Cuento que merece un final mejor {Caché G!P}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora