Capítulo 5: Es para Dan

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La alarma llevaba cinco minutos sonando, pero la Peli-Azul no saldría de su baño para apagarla. Se había levantado tras tener una de las tantas pesadillas y solo una ducha luego de hacer ejercicio la calmaba.

"Son unas mierdas de pesadillas. ¿Por qué no puedo olvidar todo y ya?"

"Tampoco puedo abandonar mi hogar. Este es mi hogar. Mío y de nadie más... bueno y de Máximo. Estas putas pesadillas me siguen y ya no encuentro forma de librarme de ellas aunque ha pasado mucho tiempo ya..." Pensó y dio un golpe en la pared.

Una hora más tarde

-¡Poché! Que bueno verte. -Dijo David mientras se limpiaba con un paño de flores rosas.

-Igual, igual... David. -Una Motorista con el ánimo decaído le extendió su mano para saludarlo. -Lo mismo de siempre, por favor. -David tecleó en la caja registradora.

-Lo mismo de siempre, Poché. -Habló de nuevo el hombre refiriéndose al precio.

-Me voy a sentar a esperar, no quiero que me quiten mi lugar. -La Peli-Azul tenía en mente a esa "PNI".

Dio media vuelta y justo en su espacio, justo en su silla que hace un momento estaba libre... justo ahí, estaba ese personaje femenino encapuchado con una mano cerca de su cabeza. La Motorista supuso que sostenía su celular.

"¡Carajos! No estaba aquí cuando entré. ¿En que momento llegó?" -Pensó mientras se acercaba a su lugar.

-No, quizás se arrepintió... no, no... sabes que no hago excepciones... bueno mucho tiempo no le queda... vale, adiós hablamos cuando regrese. -A la Motorista se le hizo imposible no escuchar la conversación que tuvo por teléfono la "PNI" .

-Entonces, a parte de todo... ¿Eres terca? ¿No entendiste que éste es mi lugar? -Le comentó la Peli-Azul mientras se cruzaba de brazos estando al costado de la otra.

-Entonces, a parte de todo... ¿eres sorda? ¿No entendiste que este lugar no tiene nombre? -Le respondió con el mismo tono que utilizó la Motorista.

-Está mi casco ahí, es una forma de separar lugar... ¿sabes?

-Tu casco no tiene tu nombre. -La "PNI" empujó el casco de la Motorista hacia el lado derecho, tal y como había hecho con anterioridad.

"No voy a pelear con una loca..." -Pensó resignada.

Tomó su casco y se sentó cinco sillas a la derecha de la otra. La "PNI" seguía en la misma posición, no se había movido de su lugar, a excepción de que ahora se encontraba jugando con su celular dándole vuelta entre su pulgar y dedo índice.

-Poché, su orden. -Matu había llegado al lado de la Peli-Azul con su desayuno.

-Gracias, hermosa. No tenías que traérmelo, solo me gritabas y yo iba. -La Peli-Azul le habló de manera amable mientras tomaba su comida.

-No se preocupe, es mi trabajo. Además de que no me cuesta nada traer tu desayuno. Lo haría siempre, si por mi fuese. -Respondió de manera coqueta, pero con cierta ternura en sus gestos por lo cual la motorista le sonrió.

-Hermosa eres, pero de verdad no te preocupes.

-Poché, en serio, insisto... -Matu hizo una pausa y miró a la chica encapuchada. -Además, así es mejor para que no te quiten tu lugar.

-De acuerdo, ya, me ganaste. No te lo voy a negar. -Aceptó la Peli-Azul mientras estrechaban sus manos.

-Vale, entonces nos vemos luego. Iré a hacer cualquier cosa que tenga que ver con mi trabajo. -Matu había caído ante el particular encanto de la Motorista, a pesar de que ésta no estaba ni cerca de coquetearle.

Cuento que merece un final mejor {Caché G!P}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora