Capítulo 43: Supermercado

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La alarma no sonó en la habitación de la Peli-Azul. Los rayos del sol la hicieron levantarse a las nueve de la mañana.

Quedó sentada mientras estiraba sus brazos.

-Buenos días, hijo... -La Peli-Azul miró hacia la cama de Máx, pero no estaba. -¿Máx?... ¿Calle? -Volteó a ver al lado vacío de la cama y se puso de pie.

Se acercó a sus gavetas para ponerse un top y un boxer, mientras le echaba miradas al espacio donde Calle había dormido.

Perfectamente recogido en comparación con su lado, perfectamente descolocado.

Se acercó a las ventanas con las cortinas totalmente corridas y miró al exterior, aunque no había mucho más que ver que un pequeño espacio por donde entraba y salía con las motos y la verja que dividía su casa con la de Angelo.

-Poché... -La Peli-Azul se giró al escuchar a Calle desde la puerta de la habitación.

-¿Mande?

Los ojos verdes observaron con detenimiento a la Castaña. Se había bañado, tenía el cabello húmedo, una camisa sin mangas de la Peli-Azul y un boxer.

-Espero que no te moleste que haya tomado tu ropa. -Calle bajó la cabeza al notar la mirada de Poché.

-No, para nada me molesta. De hecho, te queda bien. -Poché sonrió mientras tomaba una camisa de su armario.

-Estaba pensando... Me gustaría ir a comprar algo para cocinar.

-¿No has desayunado? -Poché frunció el ceño y mientras era seguida por Calle hasta el baño.

-No.

-¿Por qué? -Preguntó mientras se disponía a lavarse la boca.

-No me mal interpretes, pero el menú de nada en combinación con nada y quizás agua no me da posibilidades de hacer un desayuno.

-¡Soy idiota! Por supuesto... lo siento. Debí pensar en ello antes. -Poché terminó su tarea y se giró para mirar a Calle recostada de la pared con los brazos cruzados. -No acostumbro a cocinar ni a que nadie coma aquí, pero podemos ir de compras.

-Puedo ir sola si lo prefieres.

-No, quiero ir. Solo me pongo pantalón y zapatos y listo. -Poché sonrió y Calle la siguió de nuevo a la habitación. -Necesitas ropa para ti... -Poché abrió las gavetas con pantalones de todo tipo y las dejó abiertas. -Pruébate cualquiera, estoy segura que te quedará más de uno.

-No te preocupes, me atreví a lavar mi ropa. Es que desperté temprano y no tenía nada que hacer.

Poché asintió y sacó un pantalón para ella y cerró todas las gavetas.

-Creo que mientras te vistes iré por algún auto para hacer las compras. En moto no sería cómodo.

Poché salió de la casa sin zapatos y se dirigió a la casa de su vecino.

Calle salió al patio trasero donde su ropa se había terminado de secar.

-Vamos, adentro Máx. -Máximo seguía a Calle como si la conociera desde años. -Guapo... si eres como tu madre, es mejor que salgas. Me voy a cambiar de ropa. -Calle le habló, pero Máx se sentó en medio de la habitación mirándola.

-Vamos, cámbiate, Bonita. Máx no muerde, yo sí. -Poché había llegado y se había parado en el marco de la puerta.

-No puedo, son dos miradas contra una. -Calle miraba al par frente a ella.

Cuento que merece un final mejor {Caché G!P}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora