XVI

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POV Natalia

No tenía muy claro de lo que me quería hablar Alba, igual me hacía una idea pero no quise darle muchas vueltas.

Quería llevarla a un sitio apartado de todos nuestros amigos y conocidos para que pudiéramos por fin, hablar tranquilas. Un sitio donde no me preocupara por si Mikel me veía de la mano de Alba. Un sitio también alejado de Luis, que sin duda alguna iba a intentar algo con Alba esta noche.

Así que caminamos un par de calles, alejándonos de la urbanización. Ya no habían edificios casi, descampados y carreteras. Caminamos un par de minutos más hasta llegar al desguace que yo ya conocía.

-Pues aquí es. -Dije.

La cara de Alba era un cuadro, me miraba extrañada.

-Nat, esto es un desguace.

-Ya, lo sé. -Me encogí de hombros.- Conozco a los dueños, cierran a las nueve de la noche y no abren hasta las diez del día siguiente. -Reí.- Aparte, son una pareja de ancianos.

-Pero nos puede pillar la policía.

-No si te escondes bien.

-¿Esconderse? -Dio un paso hacia atrás.

-Bueno, a ver... Esconderse, esconderse, no. -Sonreí de lado forzando la cerradura, la cual abrí en menos de un minuto.

-¿Entonces?

-¿Entramos? -Abrí la puerta para que pasada y ella me miró dudosa antes de pasar al interior del recinto.

-Joder Natalia, como nos pillen te mato. -Me dijo mientras caminábamos.

-Que no...

Me conocía ese sitio como la palma de mano sabía dónde entraban los coches más nuevos, dónde había qué estar y en qué momento... Lo  conocía todo.

Pensé que sería una buena idea subir lo que llamábamos "los cubos". Eran dos contenedores de metal apilados a los cuales se podía acceder mediante una escalera que tenían a un costado.

Después de insistir un rato Alba accedió y subimos las dos. Subimos las escaleras y cuando llegamos arriba  estiré los brazos e inspiré profundamente. Ayudé a Alba a subir y nos sentamos las dos al borde del rectángulo de metal.

-Natalia con cuidado por Dios. -Me dijo Alba que se acomodaba a mí lado con mucho cuidado.

-Que sí, pesada... -Rodé los ojos y ella chistó.

Me eché hacia atrás tumbándome en el frío metal. Alba hizo lo mismo.

-¡Ala! -Exclamó sonriente.- Aquí se ven más estrellas. -Dijo.

-Ya... -Sonreí de lado.- Estás guapísima Alba.

-Tú no te quedas atrás eh, chica. -Me sacó la lengua y yo reí nasalmente.

Nos quedamos en silencio mirando el cielo, en parte, estrellado, pues la contaminación lumínica de la capital no dejaban ver todas las estrellas. Pasados un par de minutos Alba habló.

-Oye, empiezo a tener un poco de frío aquí arriba. -Rió.

-Yo también, ¿Bajamos? 

-Sí, mejor. -Ella asintió.

Bajamos las dos con cuidado por las escaleras. Alba miraba todo curiosa.

-Hey guapa. -Dije.- ¿Vamos a ver los coches nuevos?

-¿Qué?

-Te he dicho que me conozco este sitio como la palma de mi mano. -Dije sobrada.- Sé en que zona dejan los coches más nuevos, para repararlos y venderlos. 

Ganas de ti // AlbaliaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora