XXXVI

2.7K 93 18
                                    

POV Natalia

Cerré la puerta de un portazo y bajé por las escaleras lo más rápido que pude. Tenía examen de castellano a primera hora y llegaba tarde, de nuevo. Me puse el casco de la moto mientras caminaba hacia esta, me subí y siendo cuidadosa, intenté llegar lo antes posible.

En cuanto llegué al instituto aparqué la moto enfrente y entré corriendo. Habían pasado solo tres minutos, pero conociendo a la profesora igual no me dejaba ni entrar y necesitaba sacar buena nota en ese examen. 

Llamé a la puerta mientras me peinaba un poco con la mano pues tenía el pelo hecho un desastre por el casco de la moto. Al abrir la puerta la profesora me miró de arriba abajo y rodó los ojos mientras resoplaba.

-¿Debería dejarte hacer el examen? -Me preguntó ella mientras se cruzaba de brazos.

-Si no hay alumna mejor que yo... Te encanta corregir mis exámenes. -Sonreí chulesca y miré de reojo a Alba que obviamente se encontraba en primera fila.

-Siéntese señorita Lacunza.

Me dirigí hacia la última fila y cuando pasé por al lado de una chica esta soltó una risita. 

-¿Y tú de qué te ríes? -Pregunté un poco agresiva mientras dejaba el casco de la moto.

-Pues un poco de ti la verdad... -La chica rodó los ojos.

-Lacunza, ¿Tomas asiento por favor? -Dijo la profesora antes de que pudiera responder algo.

-De esta no te libras, guapita. 

Choqué mi pierna contra su mesa para empujarla contra ella y tomé asiento.

Al finalizar el examen la chica esa, que si no me equivoco, creo que se llamaba Mercedes, salió de clase rapidísimo acompañada de dos de sus amigas. Alba recogía sus cosas con calma y yo di largos pasos hasta llegar a ella. No quedaba nadie en clase pues la profesora tenía que dar un examen ahora así que también salió rápido. 

Al parecer Alba no me había escuchado. Pasé mis manos por su cintura en un tipo de abrazo y besé su cuello, que estaba totalmente despejado gracias al adorable moño que tenía hecho.

-Nat... -Alba negó rápidamente.

-Tranquila, eh. -Rodé los ojos.- Que no hay nadie.

-No es por eso.

-Bueno, perdón, era una broma. -Me encogí de hombros y Alba sonrió de lado.- Buenos días.

-Muy buenos. -Reí irónica.- ¿Quién es esa pava?

-¿Mercedes? 

-Sí, sí, esa. -Dije.- Bueno creo, nunca he hablado con ella.

-Yo tampoco, una vez le pedí el lápiz y después de juzgarme con la mirada simplemente me revoleó los ojos. -Se encogió de hombros.- No te rayes.

-Ya...

-Natalia, que no hagas nada.

-No te lo prometo.

-Cambiando de tema... -Comenzó a hablar ella mientras salíamos de la clase.- ¿Tu padre cuándo es que viene al final?

-Pues para variar, el viaje se va alargar así que hasta el tres de febrero no lo vemos por casa.

-¿Y tu madrastra?

-Se va a Chicago con mi padre, con el niño también así que de nuevo nos quedaremos Hugo y yo a solas. -Rodé los ojos.

Mi padre se fue a Chicago por trabajo, después volvió para quedarse dos días y se volvió a ir. El domingo 26 por la tarde salía su vuelo y hasta el 3 de febrero tampoco volvería a verla. No quería quedarme con mi madre porque había empezado a salir con un hombre que me daba bastante mal rollo. Por ninguna razón específica, simplemente a veces se comportaba raro, se quedaba mirándome fijamente o simplemente tenía comentarios inapropiados, tanto con mi madre y conmigo.

Has llegado al final de las partes publicadas.

⏰ Última actualización: Mar 31, 2020 ⏰

¡Añade esta historia a tu biblioteca para recibir notificaciones sobre nuevas partes!

Ganas de ti // AlbaliaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora