XXXIV

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POV Natalia

Los días habían pasado muy rápido. El hecho de no tener que ir a clase durante una semana y pasar todo el día en la nieve sin ningún estrés era sin duda, totalmente gratificante. 

Hoy ya era domingo y por  tanto el último día que pasaríamos en las pistas, pues mañana viajábamos por la mañana temprano. Habíamos pasado toda la mañana en las pistas de mayor dificultad, debido a que se nos complicó una bajada con María, que se quedó atascada entre dos árboles durante por lo menos quince minutos.

Después de comer algunos decidieron volver al hotel para preparar las maletas pronto y así tener la noche libre. Esta noche se había planeado, debido a que es el último día, una pequeña "fiesta" tranquila en alguna de nuestras habitaciones. 

Después de despedirme de mis amigos, que decidieron marchar, me dirigí al telesilla para bajar una vez más por alguna de las pistas. Pasaba de irme tan pronto sin poder disfrutar un poco más del lugar.

Mientras me dirigía al telesilla me encontré con Alba, que también se dirigía al mismo lugar. Sin decir nada comencé a caminar junto a ella, obviamente notó mi presencia enseguida pero no dijo nada así que seguimos caminando en silencio. 

Ella llevaba esquís y se los puso antes de subir al telesilla pues era más cómodo para moverse. Se los puso enseguida así que retomamos la marcha hasta llegar a la pequeña cola de gente que esperaba para subirse. Una vez sentadas en el telesilla aproveché para quitarme el casco y las gafas, Alba hizo lo mismo.

En cuanto se puso en marcha decidí romper el silencio que nos había acompañado este tiempo.

-¿Qué tal, rubia? -Dije con un tono chulesco.

-Todo bien, ¿Tú?

-Bien, bien. -Sonreí de lado y achiné los ojos.- La nieve es como que... Muy blanca, ¿No crees?

-Y sí Natalia... Es nieve... -La más pequeña soltó una risa nasal.

-Ya, lo sé. -Rodé los ojos.- Pero me gusta quitarme las gafas a ratos, aunque me quede ciega por un tiempo. -Hice una pausa.- Es que si no, lo veo todo a través de las gafas y la nieve es marrón clarito, y eso no mola tanto.

-A veces, eres tan inteligente... -Bromeó.

-Hoy estas chistosita, eh nena. -Comenté y giré mi cabeza para mirarla.

Su piel nívea, perfecta, ese perfil esculpido por los dioses... Joder con la Reche.

-Bueno... Chistosa no sé... -Rodó los ojos e inconscientemente se mordió el labio inferior como solía hacer y giró su cabeza para mirarme.

Con una lentitud cautelosa me acerqué a sus labios hasta dejar un casto beso en estos. No sé por qué, pero necesitaba besarla.

Desde aquella noche no habíamos hablado mucho, éramos amigas de nuevo. "Amigas", eso es lo que le queríamos hacer creer a la gente, pues era más que obvio que no nos odiábamos. Aún así, picar a la rubia me seguía encantando y no iba a parar de hacerlo por más que ahora nos lleváramos mejor.

Al ser hoy la última noche, los grupos de bachiller habían decidido hacer una pequeña fiesta. Los profesores a cargo habían hablado con el director del hotel para que nos dejaran poner un poco de música. Al final, el director había cedido y nos dejaba poner música en una única habitación, hasta, como muy tarde, la una de la madrugada.

Volvimos pronto al hotel para ducharnos y "arreglarnos" para esta noche, la fiesta no podía empezar muy tarde porque iba a acabar pronto. Así que después de cenar subiríamos directamente a la habitación de Mikel, que es donde se celebraría.

Y así fue, ni bien acabamos de cenar subimos a la habitación, la verdad es que éramos bastantes y casi no entrábamos pues las habitaciones eran pequeñas. Nos apañamos para entrar todos en el pequeño salón/recibidor de la habitación. Pusimos música bastante variada, pero sobretodo reggaeton y trap. 

-Pues sí que se ha pasado rápido la semana, eh... -Me dijo Alba que se acercó a mí con su cubata en la mano.

-Ha sido una semana... -Hice una pausa para sonreír de lado y así incomodar a la rubia.- Bastante, intensa. -Miré como se ruborizaban sus mejillas.- O eso creo.

-Sí, sí... -Miró al suelo.

-¿Qué bebes? 

-Vodka blanco, con un zumo azul muy bueno que no se de donde lo han sacado. -Ella rió levemente y yo sonreí.- ¿Y tú?

-Pues... -Me vi interrumpida.

-¡Pero si son amigas de nuevo! -Dijo María acercándose con dos cubatas, uno en cada mano.

-Dios Mari... -Dije rodando los ojos.- Bueno eso de amigas está por ver... 

-Ya, ya... -Dijo Alba y yo le pegué un leve codazo.

-Bueno... Yo no voy a comentar... -Dijo María, parece que iba a decir algo más pero en cuanto vió a Mikel acercarse se calló y después de rodar los ojos se despidió para irse a hablar con Marilia.

-Hola cariño. -Me dijo Mikel y se acercó a darme un pico.

-Hola Mikel. -Sonreí de lado, Mikel ni siquiera dirigió la mirada a Alba, que después de dar un largo trago a su cubata, se retiró.

-Menos mal, pensaba que no se iba.

-Ya... -Me rasqué la nuca incómoda.- Tampoco hace falta que seas tan borde con ella, ahora nos llevamos un poco mejor. 

-Bueno, es que es un poco rarita... Siempre dices que en clase está callada, tomando notas...

-Bueno, es lo que se hace en clase Mikel. 

-Bueno, bueno, perdón eh... Dios, no se te puede decir nada. -Rodó los ojos. Hace nada no te caía bien la pava esta, y ahora ¿Qué?

-Ahora nada, somos compañeras de clase y fin, lo que pasa que su grupito cada vez se lleva más con el nuestro, quedamos por los mismos sitios y todo... -Suspiré.- Es solo que como vamos a coincidir, no quiero malos rollos.

-Bueno, vale, lo que digas... Igual, a mí nunca me ha caído bien... -Resopló.- Es que no la soporto.

-Es buena chica... 

Miré a Alba, estaba hablando con Marilia y María mientras se acunaba al ritmo de la música, Joan agarraba su cintura en un abrazo y se movía junto a ella. Alba llevaba un pantalón negro ajustado, acompañado de una botas militares del mismo color y arriba llevaba un top de encaje color beige. Estaba guapísima.

-Por cierto cariño, sé que habíamos hablado de esto ya...

-¿De qué?

-He vuelto a hacer negocios con Pol.

-¿Que qué? -Dije enfadada.- Mikel, tú más que nadie sabe de lo que Pol es capaz si incumples alguno de sus pagos, o si le faltas el respeto, o si le niegas algo. -Rodé los ojos.- Yo no quiero tener nada que ver con esto.

-Ya, ya lo sé. -Mikel sonrió de lado.- Pero lo tengo todo bajo control, aparte, tu hermanito está conmigo en esto.

-Hermanastro. -Corregí.- Y me da igual lo que haga él, solo quiero malos rollos fuera de mi casa, y no quiero ni ver a Pol. ¿He sido clara?

-Como el agua... 

Todo el viaje de vuelta me pasé pensando en lo estúpido que había sido Mikel. Pol y su grupito se dedicaban a pasar droga, pero no simples camellos, estaban bien organizados. El porqué desconfiaba tanto de él, era porque el año pasado Mikel entregó 200 euros dos horas más tarde de lo debido, y Pol mismo se encargó de partirle dos nudillos, uno por cada hora tarde. 

Aparte que ya habíamos tenido roces anteriores, tanto él y yo, como con la gente que se rodea. Cuanto más lejos lo tuviese, mejor.

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Feliz cuarentena bbys, tengo varios capítulos para subir ya.

Quedaos en casa, cuidaos mucho.

Un beso con mascarilla.

❤❤❤

Ganas de ti // AlbaliaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora