POV Alba
Abrí la puerta de casa como pude pues estaba bastante cargada, entré y dejé la maleta en el recibidor, después volví a salir a por la mochila que había dejado tirada en el suelo.
-¿Papá? -Llamé en voz alta y nadie contestó así que cerré la puerta con llave y acarreé con la maleta hasta mi habitación.
Supuse que mi padre estaría trabajando así que encendí mi altavoz y me puse una playlist de Spotify. Empecé por deshacer la maleta y ordenar las cosas en mi habitación, puse un lavado con la ropa que había traído, después me preparé algo para almorzar.
No tenía muchas ganas de cocinar así que hice unos macarrones con tomate y lo que sobró lo puse en un tupper. Aproveché que ya había terminado el lavado para colgar la ropa. Cuando terminé me dirigí a mi habitación para empezar los deberes que habían puesto esta semana que no habíamos estado, tenía hasta el miércoles para entregarlos. Por suerte no eran muchos, un comentario de texto de castellano, dos esquemas de historia y un pequeño trabajo de historia del arte.
Utilicé el móvil solo para ponerme un poco de música y después lo silencié para evitar distracciones. Cuando terminé los esquemas de historia me tomé un pequeño descanso para tomarme un yogurt de vainilla sin lactosa, después continué con el comentario de texto de castellano. Lo tenía casi terminado cuando el timbre sonó. Pensé que sería mi padre, así que no me molesté en cambiarme de ropa, llevaba puesto un pantalón de chándal, un top corto y unos calcetines de Harry Potter.
Mientras me peinaba un poco el pelo con la mano caminé hasta la entrada, abrí la puerta y ni siquiera miré de quién se trataba, solo me di media vuelta y caminé hacia el interior del apartamento.
-¿Puedo pasar entonces? -La voz de Natalia sonó.
-¿Natalia? -Me giré enseguida para comprobar que se trataba de ella.
Evidentemente, se trataba de la morena. Estaba apoyada en el marco de madera blanca, un poco desgastada y roída por la humedad y el paso del tiempo. Vestía un peto verde oliva, debajo una camiseta blanca básica y unas zapatillas vans blancas, el eyeliner perfecto y un pintalabios rojo que le quedaba genial. Se me había presentado en casa una diosa griega y yo básicamente en pijama.
-¿Qué haces?
-Dices... ¿Ahora? -Pregunté confundida.
-Sí... -Sonrió ella de lado y dejó el casco de la moto en una mesita que se encontraba en el recibidor.
-Pues estaba adelantando los deberes de esta semana la verdad, es que el de historia se ha pasado que flipas, en qué momento pones dos esquemas de deberes. -Rodé los ojos.- Es que no lo soporto.
-Te noto un poquito... Irritada. -Ella rió bajo.
-Solo un poco.
-Bonitos calcetines.
Bajé la mirada al suelo enseguida y comprobé lo que me temía, llevaba un calcetín de Harry Potter y otro de Ron Wesley. Si no me resultaba ya suficientemente vergonzante el hecho de llevar unos calcetines de Harry Potter que me había regalado mi tía hace dos o tres años, llevar uno de cada personaje era peor.
-¿Gracias? -Rápidamente tapé mis mejillas porque noté como poco a poco se enrojecían mis mejillas.- Nos quedamos en silencio unos segundos y después hablé de nuevo.- ¿A qué has venido exactamente?
-¿Te molesta que haya venido? -Alzó una ceja.
-No, no. -Respondí nerviosa.- Para nada, lo que pasa es que me pillas despeinada, así vestida... -Me rasqué la nuca nerviosa.
-Te he visto incluso desnuda... -Bromeó ella.- He venido porque me apetecía verte, no sé... -Se encogió de hombros.
-¿Y Mikel? -Pregunté.
-¿Y Luis? -Contraatacó un poco tajante.
-No iba a malas, eh. -Rodé los ojos.
-Quería salir un poco de casa, mi padre no está y mi madrastra se ha ido con el niño a pasar la semana a casa de su madre, así que estamos Hugo y yo en casa solos hasta que mi padre vuelva.
-¿Sabes cuando va a volver tu padre?
-Ni idea, se ha ido a Chicago por no sé qué cosa y mi madrastra ha decidido desaparecer. -Sonrió de lado.- ¿Y tu padre?
-Trabajando supongo, no me ha dicho nada en todo el día... Ni un mensaje, ni una nota, nada... -Suspiré.- Pero volverá esta noche borracho, igual con alguna mujer colgada del brazo e irán a follar a su habitación, o en el salón... Dónde mejor le venga.
-¿Tienes azotea? -Preguntó.
-Sí... Una común con los vecinos, ¿Por?
-Vamos, que te dé un poco el aire...
-Bueno, deja que me cambie primero.
-Vale, vale. -Sonrió de lado.- Pero así estás guapísima también que lo sepas.
Le saqué la lengua y arrugué la nariz mientras me dirigía a mi habitación. Simplemente me cambié de calcetines y me puse unas zapatillas, agarré una sudadera que tenía a mano y regresé al recibidor donde me esperaba Natalia.
Cerré la puerta con llave después de salir de casa. El pasillo era amplio, de baldosas blancas y grandes, desgastadas. Las paredes eran de madera blanca también y el paso del tiempo se marcaba en ellas, la pintura se caía en algunas zonas. Las escaleras de piedra blanca se encontraban a un lado del pasillo y subiendo el total de cinco pisos estaba la puerta a la azotea.
Subí con Natalia las escaleras y al llegar a la puerta de metal busqué entre mis llaves la adecuada, una vez la encontré pude abrir la puerta y salimos a la azotea. No tenía nada de especial, las vistas eran simples y estaba pegada a las azoteas de los edificios de al lado.
Natalia se apoyó en el borde y se encendió un piti, después de darle una calada me miró de arriba abajo mordiéndose el labio. Achiné un poco los ojos, pues estaba atardeciendo y la luz me molestaba un poco. Natalia me indicó que me acercase moviendo su dedo índice y me acerqué a ella dando pasos largos.
-¿Qué?
-¿Quieres un calo? -Me ofreció y yo asentí.- Oye... -Dijo mientras le daba el calo al cigarrillo.- ¿Estamos bien?
-Sí. -Respondí enseguida.- Ni que pasase algo entre nosotras. -Comenté nerviosa.
-Alba joder. -Frunció el ceño.- Vale que estés con Luis y yo no quiero que dejes de verlo, pero admite que hetero no eres.
-No sé. -Evité mirarla.
Lo que me pasaba con Natalia era... Complicado. Nunca me había sentido atraída por una chica y una chica como Natalia llama la atención sea cual sea tu orientación sexual. Pero ni ella ni yo sabíamos que era lo que teníamos, si era que teníamos algo. Lo que me rayaba es que no solo pasó una vez, si no que más de una.
-Mira Alba, yo no quiero perder esta "amistad" -Hizo las comillas con los dedos.- osea, puede que a veces me saques de quicio y no quiera ni verte, pero me caes bien. Aparte nuestros amigos se llevan bien, vamos a coincidir y no quiero malos rollos.
-Ya... -Le dí un calo más al piti y después se lo di a ella.- Entonces lo que ha pasado entre nosotras no debería volver a pasar. -Dije firme.
-No debería... -Me respondió ella.
Nos quedamos en silencio, sabiendo que iba a ser difícil mantener la palabra. Yo quería a Luis, pero no sé qué me pasaba con Natalia, por qué siempre volvíamos la una a la otra, incluso sabiendo que esto no va a ningún sitio.
Porque con Natalia todo era físico, cero sentimientos... ¿Verdad?
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Ganas de ti // Albalia
FanfictionAlba es una estudiante de segundo de bachillerato que por motivos del trabajo de su padre se muda a otro barrio y se ve obligada a cambiar de instituto. Brillante estudiante y con un prometedor futuro en el mundo del arte, se calla muchos problemas...