POV Natalia
Sobre la una y media la gente empezó a marcharse, pues mañana había que madrugar. María estaba ya dormida y Marilia se cepillaba los dientes con los ojos casi cerrados por el cansancio. Alba estaba tumbada en la cama que, desafortunadamente, nos tocaba compartir durante la estancia aquí.
Pensaba que Mikel se había marchado ya pero al caminar hacia la cocina me lo topé, estaba esperando al lado de la puerta de la habitación. Se me encogió el estómago y una sensación de náuseas recorrió mi cuerpo. Mikel no decía nada, simplemente me miraba y en realidad, no hacía falta nada más. Él abrió la puerta y salió del pequeño apartamento que compartía con las otras chicas, salí tras él.
Me agarró fuerte del brazo y bajó escaleras abajo conmigo, a paso rápido, casi tropezándose a veces. Las luces del edificio estaban la mayoría apagadas, menos la de las escaleras que se encendía automáticamente cuando notaba movimiento, el resto estaba apagado y debía encenderse manualmente.
Mikel sacó la linterna del móvil y se dirigió hasta la habitación que llamábamos "el almacén", pues ahí guardábamos en unas taquillas el material de la nieve. Una vez llegamos encendió la luz y cerró la puerta de un portazo.
El suelo era de baldosas blancas y pequeñas en forma de cuadrados, las paredes grises agrietadas por el paso del tiempo y las grandes taquillas de metal se apoyaban en estas paradas. Habían dos filas de taquillas en el medio de la espaciosa habitación, también había unos bancos de madera para facilitar el proceso de ponerse las botas de esquí a la hora de salir.
Al estar allá a solas con él, el miedo se apoderó de mí. Odiaba admitirlo, pero estaba cagada hasta las patas, no sabía de lo que era capaz mi novio... Bueno, miento, sí sé de lo que es capaz cuando ha tomado un par de copas de más y por eso tenía miedo.
-Cariño. -Dijo acercándose a mí con calma.- ¿Que coño tienes con la Alba esa?
-Nada.
-No me mientas.
-No te estoy mintiendo. -Dije.- Mikel, no soporto a Alba, lo sabes.
-Pues antes te llevabas muy bien con ella.
-Pero porque teníamos que hacer un trabajo juntas. -Suspiré.- ¿Te crees que hubiera empezado a hablar con ella por alguna otra razón? -Me dolió decir eso, pero quería creer mi mentira.
-¿Y esas miraditas?
-¿De qué hablas?
-De las miraditas de ahora, Nat. -Alzó el tono de voz.- No te me hagas la tonta.
-Mikel, no hay ni hubo nada. -Suspiré.- Estás borracho y posiblemente exagerando las cosas.
-Está bien, está bien mi amor. -Dijo.
Se abalanzó a besarme, al no esperarlo y sentir su cuerpo sobre el mío caí pegando mi espalda a las frías taquillas, no me hice mucho daño. Él besaba mis labios de una manera necesitada, sus manos viajaban por todo mi cuerpo manoseando mis curvas. Quise parar.
Mikel, que estaba completamente ido, entre el alcohol y el deseo. Sus manos vagaron por mi cuerpo hasta que una de ellas acabó colándose por debajo del pantalón de chándal que llevaba. Acarició mi intimidad por encima de la tanga que llevaba. No se trataban de caricias suaves, sino de un manoseo incómodo. Me presionaba con fuerza, llegaba incluso a hacerme daño.
Me puse de puntillas intentando disminuir el contacto con él, pero como era de esperar no sirvió de nada pues se pegó más a mí. La mano que tenía libre la usó para masajear uno de mis pechos con la misma violencia. Apreté los puños y tensé la mandíbula, por alguna rezón no podía decir nada, estaba paralizada.
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Ganas de ti // Albalia
FanfictionAlba es una estudiante de segundo de bachillerato que por motivos del trabajo de su padre se muda a otro barrio y se ve obligada a cambiar de instituto. Brillante estudiante y con un prometedor futuro en el mundo del arte, se calla muchos problemas...