4. Puedes correr pero no esconderte.

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Dirty mind— Boy Epic


Eva


Después de la extraña escena que Christopher protagonizó conmigo, y una marca de sus dedos en mi brazo, Kala estuvo bastante pacífica durante todo el camino hacia su universidad. Yo iba más que feliz viendo las grandes y pequeñas casas que conformaban este pueblo, por alguna razón sentí una extraña familiaridad con una pequeña casa en especial, era como si ya hubiese estado allí antes, fue extraño pero me sentí feliz al verla.

La antigua universidad de Kala es grande, y por lo que sé y ella me dijo, es la única que hay cerca de Crestone. Mientras me mostraba cada uno de los salones y espacios, nos encontrábamos con amigos o ex compañeros de ella por el camino, estos extrañados se quedaban viéndome, más de uno desvió la mirada en cuanto llegamos. No me sorprende, Kala tiene ese aura de ser popular, y sumándole lo hermosa que es no dudo porqué cada una de las miradas masculinas se dirigen hacia donde estamos. Aunque no entendía su ceño fruncido y mala cara a la hora de hablarme o mirarme, pensé que las crudas miradas ya se habían acabado; me equivoqué.

—Creí que ya se habían acabado las malas miradas hacia mí —articulé con burla. No me afecta las miradas que me lanza, ni nada que tenga que ver con ella, solo estoy tratando de comprender su estado tan voluble—. ¿Qué le pasó a la chica excitada con la que me besé? —cuestiono tratando de contener la risa cuando los ojos de ella se expanden y mira hacia todos lados esperando que nadie haya escuchado lo que dije.

—Podrías solo... olvidar eso —pide exasperada— no entiendo por qué lo hiciste, ni por qué permití que lo hicieras —susurra para sí misma—. Y estoy enfadada porque te estás robando la atención que me pertenece, en este lugar era y soy una reina, todos estos chicos me desean pero no me pueden tener. Al parecer ahora ellos encontraron un nuevo objeto para su deseo.

Vaya, nunca había escuchado algo tan ridículo, ni siquiera en la televisión.

—Primero, no soy ni somos un objeto —aclaro con voz dura—, y segundo, no te preocupes, ninguno de estos estúpidos podría interesarme más que para un poco de diversión, y no hablo de sexo —Kala frunce el ceño sin entender a lo que me refiero, pero noto como se relaja al saber que no tengo intención de quitarle su puesto de abeja reina. Ni siquiera tengo oportunidad, John y Ellis solo me dejaran salir por hoy.

Cuando estoy a punto de decirle que estoy aburrida y lista para irme y seguir con nuestro recorrido por el pueblo, un chico de cabello marrón y ojos avellanas llega hacia nosotras con una gran sonrisa implantada en sus labios. Entrecierro los ojos al echarle una ojeada, me resulta extrañamente conocido.

—Kala, imaginé que eras tú cuando todos se pusieron a murmurar —dice el muchacho abrazando a Kala para luego besar con rudeza sus labios, mientras ella encantada le sigue.

Solo hay una palabra para lo que siento ahora: Incómodo.

Me aclaro la garganta con cero modestia y el chico termina el beso para después observarme por primera vez. Por otro lado Kala se voltea con evidente molestia y me aniquila con sus ojos.

Vuelvo mi vista hacia el chico y éste me sonríe con coquetería enseñándome una bien cuidada hilera de dientes blancos.

»No me presentaste a tu amiga, Kala —su sonrisa se ensancha en cuanto termina de repasarme de arriaba hacia abajo con descaro, por un momento recuerdo a Christopher, pero desecho el pensamiento en cuanto llega.

Kala suspira con resignación y nos presenta con indiferencia.

—Eva, este es Marlon, y Marlon, ella es Eva, mi vecina —ella sonríe suspirando—. O bueno, era mi vecina.

Peligrosa ObsesiónDonde viven las historias. Descúbrelo ahora