Lovers on the sun— David Guetta
—¿Qué fue todo eso? —después de ese beso donde claramente marcaba mi territorio, America de quien recordé un poco se mostró sorprendida pero al mismo tiempo era como si ya lo hubiera visto venir. Nos maldijo antes de irse con el rostro rojo por la rabia.
Chris y yo nos devolvimos al edificio donde aún seguía su auto y él se la pasó riendo y bromeando sobre mi comportamiento. Pero ahora al parecer quiere saber por qué razón.
—¿Qué? Así que tú puedes ponerte modo cavernícola cuando apenas me dan un vistazo y yo no puedo besarte frente a una chica que obviamente no te había saludado por una linda amistad —pregunté un poco hostil aunque no haya querido que saliera tan rudo.
Pero Christopher ignoró mi tono y volvió a reír.
—En ningún momento dije eso —aprovechó el semáforo en rojo y volteó a verme aún con su sonrisa—. Sólo quería saber por qué ahora, no lo hiciste esa noche, no lo hiciste con Irina, han pasado muchas chicas y no lo has hecho con ninguna.
Bueno, tiene un punto.
La chica del bar en el día innombrable estuvo mucho más cerca de Chris y aunque sentí una punzada de celos y dolor por ver lo que me estaba haciendo no actué como una loca posesiva. Quizás es porque ahora estamos juntos y ya puedo hacer lo que deseo con él sin miedo.
Me encojo de hombros.
—Mantente calladito y maneja, tengo mucha hambre —corté el tema y agradecí que él no insistiera.
Cuando llegamos Ellis aún no estaba en la casa, ya no sabía si olvidarla o preocuparme. Ha estado actuando extraño desde hace unas semanas y no entiendo por qué. Sé que lo que sucedió antes de que viniera a vivir con nosotros no le es grato de recordar, pero la primera vez que estuvo aquí parecía más tranquila y accesible que durante esa semana antes de que desapareciera.
Me obligué a dejar de pensar en ella y fui a la cocina mientras Chris dejaba sus cosas en el sofá.
Mi estómago hizo acto de presencia y lo escuché reír.
—En serio tienes hambre Evie —dijo entrando detrás de mí, antes de que pudiera acercarme a la estufa me tomó por los hombros y me sentó en el taburete—. Déjame yo te preparo algo.
Sonreí asintiendo, le di un beso corto en los labios y lo dejé hacer su magia.
Gimo al sentir la comida en mi boca y miro maravillada a Christopher quien no me ha quitado los ojos de encima, expectante.
—¿Cómo es que sabes cocinar tan bien? Yo apenas sé hacer un huevo y siempre me quedan duros —vuelvo a comer cerrando mis ojos, puede ser la comida más simple y aún así sabe de maravilla.
Chris se ríe divertido al ver mis gestos.
—Cuando estaba en Australia, no tenía muchas cosas que hacer así que me inscribí en unas clases de cocina, eran cortas pero al parecer también efectivas —dice sonriendo, come un bocado de su plato sin dejar de verme. Yo estoy asombrada, desde que llegó nunca ha sacado el tema de su ida a Australia.
Me hace recordar que me abandonó y ni siquiera sé la razón.
Sigo comiendo en silencio y él lo nota porque su mirada se ensombrece.
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Peligrosa Obsesión
Mistero / ThrillerLa maldad azota al pueblo donde la familia Duncan reside. Asesinatos sin resolver y muchas pistas por encontrar dejan a un pueblo maltrecho y lleno de angustia cada noche por no saber quién será la próxima víctima de este psicópata. Eva Duncan nun...