37. Deberías estar asustado.

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Middle finger— Bohnes



—¿Estás seguro de que él nos dirá algo? —preguntó Eva en cuanto llegamos a la gran empresa de Carl.

Estamos esperando en la recepción.

—Estoy seguro —respondo tranquilamente.

Eva le sonríe con simpatía a la chica que se está comunicando con Carl, ella le devuelve la sonrisa pidiéndonos amablemente que esperemos.

Unos minutos más tarde nos avisa que Carl se encuentra en su oficina, nos deja subir después de avisarnos que nos anunciáramos cuando estuviéramos fuera de la oficina, Eva y yo asentimos y sin más preámbulos subimos por el ascensor.

Al llegar ni siquiera pedimos permiso y ambos entramos por la gran puerta cerrándola con seguro detrás de nosotros.

Carl se sobresalta de sus silla, primero mira con desconcierto a Eva, pero después sus ojos se fijan en los míos que lo ven con seriedad, su rostro palidece casi viéndose como un papel.

Eva se queda detrás de mí mientras yo me acerco a paso lento donde está Carl, el hombre pasa de varios colores por su rostro y parece que fuera a vomitar.

No entiendo por qué está tan asustado.

»¡Carl! Tanto tiempo sin vernos, lamento no haber vuelto al trabajo, estos días he estado demasiado ocupado.

Mi voz destilaba burla, Carl parecía que con cada paso que yo daba él iba a caer de su silla en cualquier momento y retorcerse como un gusano en busca de ayuda.

—Chris...Christopher... qué... qué ha...ces aquí —su voz sonaba ahogada y apenas se le podía entender lo que decía. Con la irritación invadiéndome terminé de acortar los pasos quedando frente a él que aún seguía retorciéndose en su silla.

—Tú sabes porqué estoy aquí, de no ser así no te habrías puesto de esta forma lamentable —reí, todo su cuerpo tembló al escucharme.

Finalmente sólo tuve que inclinarme un poco cerca de su cara para que volviera a temblar y sin dudarlo soltara la sopa.

Después de escucharlo Eva y yo no nos quedamos un segundo más en ese lugar.


***


—Luc está escondido en la cabaña ¿no es así? —sabía que ella no demoraría mucho en darse cuenta, ahora mismo estaba conduciendo a la casa donde se estaba quedando Justin, sus refuerzos serán de mucha ayuda en este momento.

Asentí sin decir nada más, en poco tiempo llegamos a la casa de Justin, ya le había escrito por lo que él nos esperaba en el jardín de afuera sentado.

Eva bajó antes y lo saludó amablemente, cuando salí él me envió una mirada y los tres entramos a su casa.

En el momento que estuvimos sentados todos en el sofá Justin no esperó un solo segundo para preguntar.

—¿Por qué estás tan seguro de que el "verdadero asesino" se encuentra en esa cabaña? —pregunta viéndose ansioso.

Eva es la que le responde.

—Al principio no lo había pensado así, pero quizás cuando Marlon fue a la cabaña donde estábamos es porque alguien lo había mandado allí, él sabía que esa persona finalmente lo iba a matar y antes de que lo hiciera nos dijo el nombre —coloca una mano bajo su mentón mirando un espacio en la casa para nuevamente enfocarse en Justin—. Ese hombre solo quería que nos fuéramos de la cabaña para él habitarla, de hecho ya está consciente de que nosotros sabemos dónde se encuentra... puede estar esperándonos.

Termina de hablar completamente tranquila, sonrío después de haberla escuchado, es lo mismo que pensé.

Esa persona sólo está jugando con nosotros.

Sin embargo Justin parece sorprendido.

—¿Cómo es posible? —balbuceó—. Si ese hombre los está esperando ¿por qué quieren ir? —se levantó del sofá con una expresión consternada—, debe encontrarse preparado contra ustedes.

Sonreí al notar que Justin nos miraba como si hubiéramos perdido la cabeza.

—Sólo vamos a hablar —dije cruzando mis piernas tranquilamente.

Justin se burló sin gracia.

—¿Hablar? —soltó incrédulo, me miró con ojos filosos—. No creo que vayan a hablar con un hombre que además de haber asesinado a montones de chicas también está detrás de ustedes.

Ahh, ya me estaba cansando un poco de esta conversación, me levanté del sofá acercándome a Justin, coloqué mi mano sobre su hombros.

—Justin, es exactamente lo que vamos a hacer con Luc, vamos a hablar —levanté mis cejas insinuante, para este punto él ya debía saber a qué me estaba refiriendo por "hablar", y efectivamente, Justin relajó su cuerpo comprendiendo—. ¿Estás con nosotros?

Asintió emocionado.

Eva me sonrió y minutos después todos salimos con un carro siguiéndonos por detrás. 

Peligrosa ObsesiónDonde viven las historias. Descúbrelo ahora