Peligrosa Obsesión

6. Jodidamente mía.

Skin— Rihanna

Christopher

Todo se conecta entre sí, la noche antes de que John intentara abusar de Eva, me la pasé despierto, investigando... tratando de comprender. Siempre tuve esa picazón en el cuello que no me dejaba tranquilo, esa picazón que solo sentía cuando algo no andaba bien, cuando algo estaba inconcluso.

La primera vez que la sentí fue cuando Eva nació, no le tomé importancia y lo dejé pasar, para después enterarme que John estaba obsesionado con ella. La segunda y definitiva fue en ese bar hace ocho años cuando asesinaron a ese chico, no he dejado de sentirlo, y ahora estando en este pueblo es más irritante y evidente.

Nunca nadie cambió mi opinión sobre ese asesinato, pero tampoco hice nada para cambiar la opinión de los demás, eso solo quedó así. Hasta el día de hoy todos siguen pensando que fue un suicidio, tampoco ayuda el expediente del chico, ya que todo apunta a una fuerte depresión de parte de él, además de otros problemas.

Hice un seguimiento del primer homicidio de las chicas, hasta el último hace unas semanas. Ninguna se conocía o siquiera eran familiares, nada, lo único que tenían en común eran sus similitudes físicas, similitudes físicas que casualmente eran iguales a las de Eva. Eso fue lo que me llevó a pensar: si el asesino mataba a chicas con los mismos rasgos físicos, hace mucho habría intentado lo mismo con Eva, pero no lo ha hecho. Lo que me llevó a crear una hipótesis donde:

¿El asesino tiene algo que ver con ella, la quiere para él, quiere sacrificarla... hay algún motivo más fuerte que los anteriores?

Aún no sé cuál es su fin, pero está claro que no son buenas cosas.

Joder, eso no es lo único que ronda mi mente, la conversación con Eva fue mejor de lo que esperé, no le conté todo pero sí lo suficiente.

Le dije que la amo, y aunque fue decepcionante no escuchar una respuesta recíproca, sé que muy en el fondo ella también me ama, solo necesita reavivar esos sentimientos.

La observo de reojo a mi lado, hace unos minutos que salimos del apartamento después del mensaje que me envió Holden; él es algo así como mi mejor amigo, sabe todo lo que pasé con John y mi historia con Eva, aunque no sabe lo que guardo con más fuerza en mí, solo para mí.

—¿En qué piensas Evie? —rompo el silencio sacándola de su ensoñación. Siento su mirada en mi rostro después de hablarle.

—Tenemos que sacar a mamá de esa casa Christopher —sentencia directamente. Suelto un suspiro, lo intenté una vez y casi morimos los dos. John no la va a dejar irse solo porque sí, pedirá algo a cambio, y temo que ese algo o alguien sea Eva.

—Ya lo he intentado —digo—. No funcionó.

Su mirada no me deja. Es difícil concentrase si ella me mira así, nunca me había sentido nervioso con una mujer. Bueno, no hasta Eva. Pero es extraño, cuando era niña tampoco me ponía nervioso.

—Debemos hacer algo, debe haber una manera de sacarla de allí —por su puesto que hay una, matar a John Duncan.

No le digo, no quiero que se alarme.

—Cuando regresemos al apartamento hablaremos de eso, Eva —aclaro cuando ya hemos llegado a la casa Holden. Ella baja del auto refunfuñando, cerrando la puerta de un portazo. Le reclamo con enfado. Yo también quiero sacar a mamá de ese lugar, pero no todo es tan fácil. No como ella cree—, tírala más fuerte —exclamo con ironía.

Me regala una mala mirada volteándose para seguir su camino.

La casa de Holden es grande y queda a las afueras del pueblo. Sus padres son adinerados y gracias a eso nos conocimos en la universidad. Ellos lo mandaron para mantenerlo alejado de este lugar, sus métodos no funcionaron porque aún así él regresó.