Diablo— Simon Curtis
—Alístate, Holden pasará por nosotros en media hora.
Eva sin rechistar se encamina al baño para ducharse, yo lo hago a la habitación para cambiarme de ropa.
Se podría considerar que desde el momento en que Kala salió por esa puerta Eva ha sido más indulgente conmigo al cabo de no ignorarme rotundamente.
Una hora después ya nos encontramos en el pueblo, como es temprano las calles se ven desoladas, pero aún así es notable el evidente daño que está marcado por cada calle o barrio.
—Todavía no me han dicho por qué están volviendo aquí —habló Holden mientras seguía conduciendo.
Eva estuvo callada durante el viaje mirando por la ventana, por lo que yo le respondí a Holden.
—Necesitamos algunas cosas de nuestra casa, además de un auto. No podemos estar llamándote todo el tiempo.
Holden rió.
—No me molesta verlos —dijo, cruzando por la calle de nuestro barrio.
Miré su perfil con detenimiento, Holden es un gran amigo, de verdad estoy agradecido por haberlo conocido. Por esa misma razón es que no quiero que esté tan involucrado con nosotros.
Ya bastante es lo que ha hecho.
—A mí tampoco me molesta verte, Holden —aclaré, sonriendo—. Pero ya no quiero que te involucres más. Hace poco cometí un error y eso puede acarrear problemas a las personas cercanas.
Estuvo un momento en silencio.
Cuando llegamos a nuestra casa le pedí a Eva que buscara sus cosas, ella lo hace sin decir nada y se encamina a la casa.
Holden baja del auto conmigo y lo rodeo para ponerme a su lado.
—¿Es por Marlon? Aún no proceso el hecho de que él sea el asesino —se estremece ligeramente.
—Lo sé —respondí, quisiera decirle que además de ser el asesino también es mi hermano de sangre, pero eso sólo sería contradecir el hecho de que no quiero involucrarlo más—. Hace una semana lo encontré, tuvimos una pelea y pude haberlo matado pero me dejé llevar y no lo hice. Si antes tenía una jodida mala excusa para justificar las cosas que hace ahora por lo menos tiene una para vengarse de mí —subí mis ojos al cielo despejado, el silencio nos envolvió.
—Entiendo —fue lo único que dijo, le sonreí.
***
—¿Se fue? —Eva venía bajando las escaleras con una maleta que se miraba pesada, sus ojos claros me enfocaron con seriedad, aún no me acostumbraba a eso.
—Sí —respondí encogiéndome de hombros.
Ella asintió.
—Espero que esté bien.
Dicho eso se encaminó a la cocina y sacó un vaso de agua.
—¿Qué llevas en la maleta? —le pregunté sentándome frente a la encimera de la cocina.
Eva estuvo en silencio mientras tragaba el agua, luego dejó el vaso vacío en el lavaplatos y me miró con su misma expresión de seriedad.
—Algunas cosas importantes, también llevo algo de mi ropa... —divagó.
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Peligrosa Obsesión
Mistério / SuspenseLa maldad azota al pueblo donde la familia Duncan reside. Asesinatos sin resolver y muchas pistas por encontrar dejan a un pueblo maltrecho y lleno de angustia cada noche por no saber quién será la próxima víctima de este psicópata. Eva Duncan nun...