Monster— MILCK
Eva
—Eva, hay comida en el congelador, también hay leche y cereal en el estante por si te da hambre —Me dice Chris. Se le ve exhausto, además tiene unas leves ojeras.
Fue extraño haberme levantado en su cama, ¡A su lado!
Admito que me quedé unos minutos viéndolo dormir antes de que despertara, se veía hermoso. Cuando me di cuenta hacia dónde iban mis pensamientos me levanté de un salto desconcertada por habernos imaginado a los dos follando en esa cama; su cama. Recordé la vez que me tocó cuando vivíamos con John, o la última vez que prometió esperar por mí.
No podía dejar que mis pensamientos se desviaran así, no podía enamorarme de mi propio hermano, no ahora que ya sabía porqué me había dejado (más o menos). Tenemos demasiadas cosas en la cabeza como para involucrar ahora algo prohibido.
Lo observo caminar de un lado a otro vestido con sus típicos pantalones sueltos de color negro al igual que su camisa, en el poco tiempo que hemos estado conviviendo me di cuenta que ese es su color favorito. Su armario está repleto de ese color.
—Lo haré —le digo sentándome en las sillas que están frente al taburete dentro de la cocina.
Él se acerca, y besa mi frente dejándome atónita por un segundo.
—No le abras a nadie, no tardaré.
—Vale —le digo alargando la "a"—, pareces un papá.
Sus ojos se oscurecen al escucharme.
—Más te vale visualizarme de otra forma —frunzo el ceño sin entender. Me guiña un ojo saliendo de la casa y caigo en cuenta de lo que quiso decir.
Pervertido.
Estoy por ir a mi habitación, pero antes vislumbro un teléfono cerca del televisor en la sala. Pienso en llamar a mamá pero cabe la posibilidad de que responda John, no quiero exponerme a que luego quiera rastrear el número.
Estoy agradecida de que aún no nos ha encontrado, y eso que este pueblo es pequeño. Todos se conocen, pero Christopher es bueno en eso de esconderse ¿quién lo diría?
Controlo las ganas de querer hacerle aunque sea una llamada para saber cómo está, y reanudo el paso a mi habitación.
El día de ayer fue raro. No había querido indagar en esos recuerdos, pero ahora que estoy sola y sin nada por hacer, es casi imposible no rememorarlos.
Antes disfrutaba los golpes de John, por eso no me quejaba cuando lo hacía. Él comenzó a ponerse más violento cuando yo comencé a odiar que lo hiciera.
Ya no me gustaba, y creí que esa parte de mí, esa que disfrutaba el dolor, solo fue un escudo para protegerme cuando estaba más pequeña, un escudo que poco a poco iba a desaparecer. Y cuando dejé de disfrutar sus golpes comenzando a aborrecerlos, me dije que el momento había llegado.
Ayer comprendí que estuve equivocada por meses, ciertamente no me gustó ver las palizas que le daban a esa chica, quería intervenir para ayudarla. Pero cuando ese hombre le cortó el cuello y la sangre de ella comenzó a correr por el mismo llevándose con ella su vida, fue todo. Mi llanto paró y dejé de forcejear en los brazos de Christopher.
Fue un espectáculo... retorno a mi mente el momento en que el asesino mató a esa chica frente a mí, las imágenes que se grabaron en mi memoria de los demás asesinatos que logré ver por el periódico.
Me gustó.
Fue instantáneo e inevitable, mucho más al recordar que tenía el cuerpo de Christopher adherido al mío.
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Peligrosa Obsesión
Mystery / ThrillerLa maldad azota al pueblo donde la familia Duncan reside. Asesinatos sin resolver y muchas pistas por encontrar dejan a un pueblo maltrecho y lleno de angustia cada noche por no saber quién será la próxima víctima de este psicópata. Eva Duncan nun...