Peligrosa Obsesión

38. Última estocada.

Oh No!!!— Grandson

Mientras estábamos en el auto de camino a la cabaña mi celular comenzó a sonar, Eva me miró pero yo no lo hice ya que estaba concentrado en la carretera.

—¿Contesto? —preguntó dudosa.

Asentí.

Ella tomó mi celular y lo colocó en altavoz para que yo también pudiera escuchar.

Una voz suave sonó al otro lado, la reconocí como Irina.

Eva se estremeció al escucharla.

—¿Christopher? —tanteó. Finalmente detuve el auto en una esquina de la carretera para poder hablar sin distracciones.

—¿Cómo es que tienes mi número? —tomé mi celular de las manos temblorosas de Eva, le di un beso en la frente para que se calmara. Estaba seguro que ella reconoció esa voz de la vez en la que intentaron secuestrarla.

—No hay tiempo para hablar de esas cosas —la chica contestó fríamente—, quizás ahora no estés dispuesto a creerme y te puede parecer raro que los esté ayudando, pero tengo mis razones —suspiró—. Luc era mi jefe, ese hombre tiene un pasado relacionado con ustedes, por eso se empeña tanto en molestarlos.

Eva alzó las cejas sorprendida, a pesar de que mi expresión no lo mostraba yo también estaba sorprendido.

—¿Qué sabes? —fui al grano, no me importaba si sólo eran mentiras para distraerme.

—Tu padre tuvo que ver con el asesinato de los padres de Luc dejándolo a él y su hermano huérfanos.

—Espera —la detuve—. Yo mismo conocí a sus padres, ¿Cómo me puedes decir que es huérfano? —me burlé.

Ella suspiró audiblemente.

—Porque lo es, esas personas son sus padres adoptivos —replicó irritada—. La cuestión es que él estaba lleno de rabia contra tu padre así que apenas tuvo algo de dinero lo investigó. Así fue que dio contigo y todo lo relacionado con la familia Duncan —Eva se encontraba totalmente concentrada, miré por el retrovisor y el auto de Justin también se detuvo detrás del mío. En ese momento Irina volvió a hablar—. Él estudió contigo Christopher.

¿Ah?

Eso captó por completo mi atención.

—Así que me estuvo siguiendo desde hace bastantes años —reí como si la situación fuera divertida—. Él mismo mató a su hermano —no fue una pregunta.

El silencio de Irina fue una respuesta más que suficiente.

—Bueno, para resumir todo, él también supo de tu hermanita, creyó que metiéndose con ella haría que John se lamentara, parecía una buena venganza pero con el tiempo también comenzó a obsesionarse con esa niña, así que quería quitártela. No contaba con que tú matarías a John.

Mis manos presionaron el celular con fuerza, así que por esa razón ese maldito asesinaba a chicas con rasgos físicos semejantes a los de Eva.

Miré detenidamente a Eva, ella parecía estar en un trance y ya no estaba escuchando, sus ojos estaban desorbitados.

—Lo mataré —afirmé, no esperé a que ella dijera algo más y colgué.

Solté el celular en algún rincón del auto y tomé a Eva en mis brazos.

—¿Por qué siempre le gusto a los locos? —su pregunta rompió toda la tensión haciéndonos reír.

Mis manos tomaron su rostro para ponerla frente a mí, ambos nos miramos a los ojos.