24. Dicen que soy el chico enfermo.

34 2 0
                                    

Sick boy— The Chainsmokers



Eva.


Nuestros días iban de mal a peor, no podíamos tener una semana tranquila y ahora tampoco podemos tener un desayuno tranquilo.

Pero definitivamente esta vez se nos salió de las manos. 

Esta vez sólo podía ver con impotencia como la policía se llevaba a Christopher por ser un presunto sospechoso de los asesinatos.

—Le pido que no interfiera señorita, si su hermano es inocente créame que lo soltaremos sin demoras, pero por ahora es un sospechoso potencial y no podemos dejarlo en la calle.

El oficial me habla pero no escucho absolutamente nada de lo que está diciendo, ahora mismo sólo soy capaz de observar a Chris, él me devuelve la mirada con una pequeña sonrisa.

Para mi sorpresa él está tranquilo, como si ya supiera que eso iba a pasar. Desde ayer estuvo demasiado extraño pero decidí no indagar mucho para no estresarlo, eso no quería decir que estuviera tranquila con su actitud. 

Los policías que lo esposaron también lo miran confundidos, claro, para ser alguien que está siendo llevado a prisión como sospechoso de un asesino serial ellos suponen que debería estar por lo menos alterado.

Algo me dice que su relajada actitud no es bien vista.

—Tranquila Evie, estaré pronto contigo, pero te pido que no salgas sola y cierres muy bien todas las puertas. Si viene alguien extraño llama a Holden sin dudarlo —su voz sale con suavidad, tanto que los nervios que estaban provocándome temblores se detienen poco a poco.

No quiero estar sin él.

Pero debo.

Asiento, levanto mi celular para confirmarle que estaré muy prevenida, Chris vuelve a sonreír con dulzura y después, aún con las esposas y sin importarle los oficiales, se acerca a mí y deja un beso en mi frente.

Los oficiales reaccionan, pero al ver que sólo se está despidiendo se mantienen en su lugar con sus ojos fuertemente fijos en Chris.

»Te amo, Evie.

Cierro mis ojos fuertemente.

—Yo también.

Finalmente ellos se lo llevan y yo me quedo intranquila en la soledad del departamento.

Enciendo mi celular y marco al número de Kala, no puedo creer que me lo aprendí de memoria, tampoco puedo creer que me siento tan sola como para llamarla.

—¿Evangelina llamándome? ¿Acaso es el fin del mundo? —su voz burlona provoca que ruede los ojos pero me contengo de decirle una grosería, después de todo las últimas veces que nos hemos visto ella no ha actuado de mala forma.

—Se llevaron a Chris —dije yendo al grano.

La línea quedó en silencio por un momento, creí que quizás ella no me había escuchado por lo que estaba a punto de repetir lo que dije, sin embargo Kala finalmente habló.

—¿La policía? —ella suena sorprendida. Dentro de poco todo el pueblo se dará cuenta, es imposible que algo así lo mantengan en secreto. Siento que cuando eso suceda todo se saldrá de control definitivamente.

—Sí —afirmé.

—¿Por qué? —parecía como si no me creyera, fui lo más seria que podía.

—Tenían unas supuestas pruebas de que él es el asesino —dije, tragué con fuerza—. Estoy asustada por Chris, no sé que hacer y necesito que me ayudes a tratar de sacarlo.

Peligrosa ObsesiónDonde viven las historias. Descúbrelo ahora