Me levanto de la cama con a penas unas dos horas de sueño en mi cuerpo. Joder, yo soy de dormir un mínimo de nueves horas y desde que estoy aquí no lo he conseguido ni una noche. Sigo pensando en lo que ocurrió con Adam la noche anterior. No me puedo creer que hubiese estado a punto de cometer la estupidez de besarlo. Es el novio de Rocío, lo que hubiese hecho que esta no me hablase más y lo más importante para mí: Dani viene hoy. Me convenzo a mí misma que el deseo de besarle es por lo que echo de menos a mi novio. Tiene que ser eso. Cada vez las advertencias de Sara toman más y más sentido: Adam es un mujeriego que sólo quiere tener una larga lista de mujeres con las que ha jugado y luego las ha tirado como si fuese un pañuelo mientras su novia lo recibe con los brazos abiertos. Conmigo no lo va a conseguir, no me voy a sumar a su lista, no voy a ser su nuevo trofeo por mucho que parezca un dios griego. Los tíos que nos tratan como si fuésemos juguetes, como que no somos fuertes y capaces me parecen asquerosos. Él mismo me dijo que si quería me haría daño y no estaba dispuesta a comprobarlo, asique se iba a ir por donde mismo había llegado.
Abro el armario y saco unos pantalones vaqueros azules y una blusa color rosa estampada con unas pequeñas flores de color blanco. Me suelto el pelo rubio sobre los hombros e intento plancharlo para arreglarlo un poco. Me miro al espejo y veo que tengo unas enormes ojeras que recubren la parte baja de mis ojos fruto de la mala noche que he pasado. Intento ocultarlas con un poco de maquillaje sin conseguir un gran resultado.
Cojo mis cosas y abro la puerta de mi habitación para encontrarme con que también la de Rocío está abierta. Me dispongo a tocar en la puerta antes de entrar para decirle que no quiero que Adam se pasee por el piso cuando quiera sin que ella esté, que hace que me sienta incómoda, saltándome por supuesto el pequeño incidente de anoche. Cuando tengo un pie puesto en su habitación me encuentro con que no es Rocío quién está dormida en su cama, sino Adam. Como no. Lleva sólo unos pantalones de chándal puestos y tiene el torso desnudo. Se le marcan todos y cada uno de los músculos existentes en la anatomía humana. No puedo dejar de mirarlo, la vista se me desplaza de arriba abajo recorriendo todo su cuerpo de manera involuntaria. Me sorprendo a mí misma pensando que ojalá tuviese los ojos abiertos para ver como quedan esos increíbles ojos azules con el resto de su cuerpo. Madre mía que bueno está, pienso mientras me muerdo el labio inferior. Creo que acabo de formar un charco en el suelo de la baba que me tiene que estar cayendo ahora mismo por la barbilla.
- ¿ te gusta lo que ves? – me interrumpe Adam con los ojos aún cerrados.
- Lo siento – musito mientras noto como la cara me arde de la vergüenza que estoy sintiendo. Me ha pillado de pleno mientras me lo comía con los ojos. Me quedan burlas para rato.
- Te quedaste anoche con ganas de más por lo que veo, nena – me dice mientras se levanta de la cama y se acerca a mí tan rápido que no me da tiempo a apartarme. Me presiona contra la pared echando todo su peso en mí cuerpo. Joder, siento cada uno de sus músculos en mi vientre mientras me aparta el pelo de la cara.
- Adam, para. Por favor. – digo con la respiración entrecortada.
- Tu cuerpo no dice lo mismo – me dice mientras entierra su boca en mi cuello. Sé que tiene razón, noto como mi corazón se acelera ante el contacto de sus manos en mí, noto como casi jadeo y noto esa presión en la parte baja de mi vientre. Puto cuerpo traicionero.
Cuando sus labios se colocan en mi piel reacciono, pero no de la manera que me hubiese gustado. Le paso mis manos por el cuello y lo aprieto a mi cuerpo más y más, hasta que siento que su piel se funde con la mía. Tengo muchísimo calor y noto como la sangre me quema bajo mi piel mientras muevo el cuello hacia un lado facilitándole el acceso. Y, una vez más en menos de 24 horas, quiero que me bese. A la mierda mi discurso sobre lo lejos que me iba a mantener de este tío. Me estoy planteando el hecho de que yo tampoco estoy muy cuerda.
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TÁNATOS
RomanceTánatos es muerte. Es destrucción. Paula es una chica completamente normal aunque en su vida no lo ha pasado precisamente bien. Cuando llega a la universidad, espera que las cosas den un giro para bien pero, en el momento en el que conoce al misteri...