En otro lugar, a la misma hora...
Me hubiese gustado pasar la tarde con Paula, antes de volver al mismo infierno, literalmente. Mi padre ha exigido vernos a de nuevo a Los Quince para analizar los avances de la situación.
Hasta ahora, he conseguido ocultarle a Rocío la verdad de mi relación con Paula pero, no sé cuánto tiempo voy a poder sobrellevar la situación. En cuanto descubra que mi acercamiento a Paula no es para cumplir el cometido de mi padre, va a intentar acabar con ella por todos los medios, le va a contar la verdad para destruirla y acabar con nosotros. Además, necesito averiguar si el sueño que tuvo Paula anoche fue simplemente un sueño o fue una verdadera amenaza por su parte.
En cuanto tomo asiento en mi lugar de la mesa, el resto de Los Quince comienzan a acercarse sigilosamente hasta que todos se quedan colocados en su sitio. El silencio inunda la sala, ya que nadie se atreve a decir nada mientras esperamos a que llegue Tánatos. Rocío se sienta a mi lado y me sonríe a la vez que me toma la mano. Su contacto hace que me recorra un escalofrío pero, en el mal sentido de la palabra, ya que me provoca casi repugnancia.
Unos minutos más tarde, Tánatos hace su entrada triunfal, haciendo que la habitación acabe volviéndose gélida. Mi tensión aumenta por momentos, llegando a su punto cúspide cuando mi padre toma asiento en la cabecera de la mesa. El hedor a muerte inunda, una vez más, la sala provocándome arcadas que tengo que aguantar.
- Bienvenidos, una vez más, Reino de Mortem mis fieles. Como sabéis, queda un escaso mes para el Alba que nos hará grandes. Dinos hijo, ¿cómo va tu encomendado?
- Está siendo llevado a cabo como ordenaste, padre. La chica cada vez está más cerca de nosotros y más alejada de ellos – le informo de manera escueta, intentando que no quiera hacer demasiadas preguntas al respecto.
- ¿Está todo listo para el Alba? – pregunta ocultando su mirada bajo su toga negra.
- No... no lo sé padre, puede que necesite más tiempo. – le digo nervioso y con la mandíbula tensa. Intento ganar un poco más de tiempo para poder solucionar el embrollo en el que me he metido.
De repente, Tánatos se pone en pie y da un golpe en la mesa. No necesita acercarse a mí para hacer que mi cuerpo tenga ganas de echar a correr de allí y no volver.
- ¡Tiene que ser ese día, Lucifer! – me grita, haciendo que se tense cada parte de mi cuerpo por el tono de voz que emplea.
- Lo sé padre, pero sólo queda un mes para el gran día. No sé si será suficiente.
- Por tu propio bien, lo será
Se da la vuelta y sale de la sala, haciendo que las antorchas que iluminan la sala se vayan apagando a su paso, sumiéndonos al resto en una gran oscuridad.
Unas horas más tarde...
Entro en mi apartamento con Rocío pegada a los talones con una cara de mala leche increíble. Está cabreada conmigo por haberle dado a entender a mi padre que no íbamos a poder acabar a tiempo aquello que habíamos empezado.
En cuanto cierro la puerta de un portazo, Rocío empieza a gritar todo lo que ha callado durante el camino de vuelta. Mi intención era dejarla en su casa, pero ha insistido en venir aquí y le he hecho caso por no enfadarla más de lo que está.
- ¿Eres gilipollas o qué cojones te pasa? – dice soltando su bolso de color rojo sobre el sofá con enfado.
- ¿Qué mierda te pasa ahora, Rocío? – le escupo mientras me siento en el sofá con claro agotamiento.
- ¿Qué qué me pasa? ¿Tienes la decencia de preguntarme qué qué me pasa? Pues me pasa que te tiras el día jugando con tu nueva zorrita y le sueltas a tu padre que no sabes si va a tener lo que quiere. ¿Es que quieres que nos mate a los dos? – grita echando chispas por los ojos.
- No es mi zorrita, te recuerdo que quiero lo mismo que tú, Rocío, pero necesitamos tiempo para conseguirlo y para que el plan salga a pedir de boca – le digo intentando disimular el claro disgusto y la furia que siento por cómo se ha dirigido a Paula.
- Adam, te conozco lo suficientemente bien como para saber que te pasa algo y espero, que no sea que te estás enamorando de esa puta.
- Cómo me voy a enamorar de esa, ¿Tú te estás escuchando, Rocío? – le miento aunque noto como la rabia sube por mi cuerpo, hasta llegar a mis ojos. Cierro las manos hasta formar puños apretados. Joder, me está hirviendo la sangre.
Veo como poco a poco Rocío se acerca y se sienta sobre mí a horcajadas esforzándose por ser lo más sexy posible. Empieza a darme pequeños besos en el cuello y noto como me acaba mordiéndome el lóbulo de la oreja. Normalmente, ya tendría una erección empujando por salir de mi pantalón. Rocío se restriega sobre mí para intentar conseguir lo que busca, haciéndome notar su humedad sobre mí, gracias al vestido que lleva. Sin embargo, no puedo más, me repugna tenerla tan cerca sólo quiero quitármela de encima y salir corriendo a buscar a Paula. Necesito refugiarme en sus brazos.
Empujo a Rocío y la siento a un lado del sofá mientras me levanto. Rocío me devuelve una mirada de serpiente a punto de morder y soltar todo el veneno que contiene.
- En mil años que llevamos vagando por este despreciable mundo juntos, jamás me has hecho un desprecio y en cuanto ha llegado tu zorrita, me mandas a la mierda.
Se pone de pie y se acerca a mí para susurrarme al oído unas palabras que me congelan.
- Prometo acabar con ella, Adam y, cuando lo haga, volverás a mí como un perrito suplicando por tu perdón.
A continuación, sale del apartamento dando un portazo tan grande que tira uno de los cuadros que está colgado junto a la puerta. De repente siento frío a la vez que calor y me empiezo a marear, sabiendo que la he cagado, pero bien.
Intento dejar mi agobio atrás y salgo disparado hacia mi moto. La pongo de 0 a 230 en menos de dos minutos y, en apenas diez, la estoy aparcando en la parte de atrás de la residencia.
En cuanto llego allí, veo que las luces de la habitación están completamente apagadas. Aun así me cuelo por la ventana pero, sólo me encuentro en una habitación completamente fría, que sin Paula en ella me parece incluso más pequeña y fría.
Son casi las doce y Paula aún no ha vuelto. Sé de sobra que me había dicho que tenía planes pero ¿Y si Rocío le ha hecho daño? ¿Y si los otros la han raptado? Juro que me estoy volviendo loco.
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TÁNATOS
RomansaTánatos es muerte. Es destrucción. Paula es una chica completamente normal aunque en su vida no lo ha pasado precisamente bien. Cuando llega a la universidad, espera que las cosas den un giro para bien pero, en el momento en el que conoce al misteri...