Capítulo 8 - Entonces ¿A quién has querido besar?

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-Buen trabajo, Esme, Juliana ...tú también, Danny- Nate Wiley llamó a su guión y nos señaló a los tres en el set.

-Eso funcionará bien, vamos a imprimirlo y seguir adelante. Ustedes tres están fuera por ahora, verifiquen con Carlos para saber cuándo los necesitamos de vuelta. Se dio la vuelta y levantó la voz aún más - Carlos, ¿dónde estás?

Hubo un silbido desde el otro lado del escenario -¡Por ​​aquí! - Señaló el director- Dejémoslo así-

-Gracias a Dios- suspiró Esme, quitándose un mechón de pelo de los ojos y haciendo rodar la tensión de su cuello -Pensé que nos iba a hacer volver-

Solo gruñí, arqueando mi espalda hasta que estalló.

-Pensé que lo habíamos clavado la primera vez- se quejó Danny -Maldito bastardo- No había veneno en sus palabras, a todos nos gustaba Nate y confiábamos en su dirección.

Los tres nos mudamos del set de Squad Room donde habíamos hecho la última escena, esquivando a los miembros de la tripulación que se lanzaban a propósito en la sincronía organizada y estrechamente controlada que siempre acompañaba a los brotes que Carlos dirigía.

-Danny, aquí en cuarenta y cinco- dijo Carlos - Esme, te necesitamos aquí a la una, y Juliana ...- consultó el iPad en sus mano -Dos y media-

Todos asistimos, y nos dirigimos a la salida trasera del almacén.

- Juliana, espera un momento- llamó Carlos, y me detuve expectante, notando que Esme se había detenido en la puerta y me estaba esperando. Terminó su conversación con el técnico de iluminación y se acercó. Finalmente, sacó un pequeño sobre y me lo entregó. -Esto vino con una entrega del script de ITD ...-

Fruncí el ceño, pero tomó el sobre. Solo había ocupado un puesto de invitado en su defensa, y, que yo sepa, no estaba preparada para otro momento en un futuro cercano, así que me pregunté para qué era esto.

-Gracias, Carlos- dije distraídamente, mirando el sobre. Era pequeño, tamaño de una tarjeta de invitación o nota, con mi nombre escrito en negrita, letras mayúsculas muy precisas en el frente. No había otras marcas en él.

Sentí que Esme se movía a mi lado - ¿Qué es eso? -

Me encogí de hombros. -No lo sé. Por lo que sé, no tengo nada que hacer allí -

Metí un dedo debajo de la solapa y saqué una pequeña tarjeta.

Juliana,

Te daré la oportunidad de redimirte. Mañana, mismo tiempo y lugar. Perdedor compra café, ganador obtiene los derechos de burla.

Valentina

La sonrisa que dividió mi rostro fue enorme y me reí a carcajadas. Varios miembros de la tripulación detuvieron lo que estaban haciendo para mirar.

- ¿Juliana? - Esme frunció el ceño, y parecía realmente preocupada. - ¿Estás bien? -

Dios mío, ¿ya no puede una mujer reír como una idiota?

-Estoy bien- respondí, atenuando el vataje de mi sonrisa, pero todavía pensando en Valentina -Bien bien-

Esme se encogió de hombros y comenzó a caminar hacia la puerta -Paula está comprando algo en ese lugar Tailandés que tanto te gusta. Pasa en diez -No era opcional.

Me las arreglé para evitar hablar con Esme ya que el incidente ¿Alguna vez has querido besar a una mujer? pero parecía que no iba a poder evitarlo por más tiempo. Suspiré internamente y asentí -Nos vemos en un momento- Al menos ella hizo el esfuerzo de conseguir algo que me gustara.

Perdida en tiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora