Capítulo 57 - Expuesta

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Días antes.

Juliana golpeó su mano contra algo que le hacía cosquillas en el cuello. Valentina se echó a reír y se recostó, colocando besos revoloteantes a lo largo del cuello y los hombros de Juliana.

-Arriba-, susurró ella al oído de Juliana. Ella comenzó a reír cuando Juliana gimió en protesta.

Juliana escuchó la risa de Valentina en su oído y rápidamente se giró, inmovilizándola debajo de ella. Valentina se mordió el labio para no reírse más fuerte.

-¿Crees que eres graciosa?- Juliana intentó preguntar amenazadoramente. La risa de Valentina finalmente estalló en una carcajada. -¿Cuándo te convertiste en comediante?- Juliana la desafió antes de bajar los labios hacia el cuello de Valentina y permitir que se ciernen sobre la piel. Los dejó quedarse allí por unos segundos hasta que sintió que la risa de Valentina cesó y su respiración se detuvo. Luego los colocó firmemente sobre la piel debajo de ella y sopló con fuerza.

-¡Imbécil!- Valentina empujó a Juliana fuera de ella y saltó de la cama.

Juliana se recostó y se regodeó. -El giro es juego limpio, Valentina-

Valentina la miró con las manos en las caderas. -Cuidado, Valdés-, advirtió. Cogió una almohada de la silla detrás de ella y se la arrojó a Juliana antes de dirigirse a la ducha.

Juliana no pudo evitar tramar su represalia. Escuchó afuera de la puerta del baño hasta que escuchó la ducha correr, luego el inodoro y contó hasta veinte antes de entrar. Valentina estaba de pie bajo la corriente constante de agua con la cara inclinada hacia el rocío. Juliana observó con fascinación embelesada cómo Valentina se pasaba las manos por el pelo.

-¿Qué estás haciendo?-  preguntó Valentina.

-Me dijiste que mirará. Solo estoy haciendo lo que me dijeron-, respondió . Envolvió sus brazos alrededor de Valentina y les permitió viajar suavemente sobre las curvas.

Valentina se volvió en los brazos y la besó apasionadamente. -Eso no es estar mirando, Juliana-, reprendió. -Eso es conmovedor-. Sonrió cuando Juliana le ofreció un pequeño puchero. Besó sus labios suavemente. -Te amo-.

Juliana fue tomada por sorpresa por la declaración emocional en un momento lúdico. Sintió que Valentina la acercaba y se preguntó qué estaba pasando por su mente. La sostuvo mientras el agua caliente caía en cascada sobre ellas.

-Yo también te amo-, prometió. -¿Qué pasa?- ella preguntó. Valentina agarró con más fuerza y ​​aspiró a Juliana. -Algo te está molestando-, Juliana dijo lo obvio.

-Solo desearía que pudiéramos quedarnos en casa-, dijo Valentina suavemente.

Juliana cerró los ojos y se deleitó con la cercanía de Valentina. No necesitaba más palabras para entender que estaba preocupada por ella. -Estaré bien-, dijo.  Sintió un movimiento de cabeza contra ella. -Y prometo estar en mi mejor comportamiento-, trató de aligerar el estado de ánimo. Sintió a Valentina reírse, pero aún podía sentir la tensión en el cuerpo de Valentina. -Confía en mí-, dijo Juliana.

-Confío.-

-Lo prometo, no te avergonzaré-, dijo con una sonrisa.

Valentina tomo el champú y le echó un poco en la mano. -Ojalá tuviéramos tiempo para más-, dijo honestamente.

-No es que me esté quejando-.

-A veces tienes que hacer tiempo-, dijo.

-¿Amor?- Antes de que pudiera reunir un pensamiento coherente, Valentina se arrodilló en la ducha. -¿Valentina?- Juliana gritó impotente. Se sintió apoyada contra la pared de la ducha y se rindió. Valentina estaba besando su estómago y constantemente bajaba sus besos. -Valentina, ​​vamos a perder nuestro vuelo-, intentó protestar.

Perdida en tiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora