Capítulo 26 -Frustración

2.3K 224 11
                                    

Me empujé en la pared dando otra vuelta, acomodándome fácilmente en un ritmo cómodo a través del agua.

Dos semanas.

Ella se había ido por dos semanas, y había hablado con ella tres veces. Tres malditas veces.

Llamó la noche que salió de Los Ángeles y tuvimos una conversación incómoda pero dulce sobre su vuelo, mi día y nuestra noche juntas. Tímidamente le dije que la extrañaba, y ella dijo que ella también me extrañaba, y colgué con una enorme y estúpida sonrisa pegada en mi cara.

Dos días más tarde, volvió a llamar entre las tomas de mal humor por lo era imbécil que era Angelique Boyer. Ella me hizo reír y luego tuvo que colgar demasiado pronto, antes de que se dijera algo remotamente personal.

Y la última llamada telefónica había tenido lugar cuatro días después y consistió en una conversación sobre el clima, la isla donde estaban filmando y Josh, quien había superado las dos primeras rondas en Francia. Colgué frustrada e insatisfecha, y esa sensación no se había ido desde hacía siete días, a pesar de la entrega de flores que había recibido hacía cuatro días y de la nota adjunta que decía que me echaba de menos y que estaba pensando en mí.

Sabía lo que esta parte significaba para ella, y sabía lo que ella sentía que tenía que hacer para tener éxito. Su enfoque cuando trabajaba, su dedicación y su motivación, todos eran parte de lo que me atraía de ella. Sabía que pensaba que hablar conmigo sería una distracción que no podía permitirse, pero no estaba preparada para lo frustrante que sería.

La extrañaba, y me estaba volviendo loca.

Me deslicé contra la pared, terminando mis últimos quinientos, y levanté mis gafas. Comprobando mi tiempo por hábito, no me sorprendió descubrir que me había superado un poco el tiempo de mi entrenamiento normal. Últimamente me estaba presionando a mí misma, en un esfuerzo por mantenerme cuerda, y si nada más, el próximo mes y medio me pondría en mejor forma que nunca antes en mi vida.

Después de unos minutos de estirar mis hombros en los bloques de buceo, me arrastré fuera del agua y caminé hacia el vestuario, mis pies golpeando el cemento. Era media tarde y el gimnasio estaba poco poblado, así que me tomé mi tiempo para ducharme y cambiarme, sin haber planeado nada hasta la cena de esta noche con Esme.

Duchada y vestida con pantalones cortos, una camiseta ajustada y una gorra de béisbol, dejé caer la llave de mi casillero en la recepción. Caminé por el vestíbulo y salí a la luz del sol filtrada por el smog, mirando mi celular mientras caminaba hacia donde estaba aparcada Twila. Había dos mensajes de Connie. Fruncí el ceño, pensando en mi horario para la semana, sabiendo que no tenía nada, desde el punto de vista empresarial, programado. En lugar de escuchar sus mensajes, le devolví la llamada, pensando que, si dejaba dos, me gustaría hablar conmigo de todos modos.

Ella respondió de inmediato, lanzándose hacia mí sin saludar. -Juliana, cariño, estoy a favor de que veas a alguien, pero si vas a terminar en un bloqueo de labios en la portada de algún tabloide, me gustaría que lo comentarás antes-

Mis pulmones dejaron de funcionar, y aunque físicamente sabía que era imposible, mi estómago cayó al pavimento con un ruido sordo.

Oh mierda, oh mierda, oh mierda ...

No había forma de que alguien pudiera haber tomado fotos de Valentina y de mí, pero aparentemente, de alguna manera, alguien lo había hecho.

- ¿Juliana? ¿Sigues ahí? - El tono ligeramente castigador de Connie se había convertido en uno de preocupación.

-Yo...- Me aclaré la garganta y respiré calmadamente. -Sí, estoy aquí-

-Entonces, ¿algo que quieras compartir conmigo? -

Perdida en tiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora