Perdida en ti

Capítulo 6 - Confesiones

La noche se estaba moviendo rápidamente, el aire anaranjado del atardecer paso al gris oscuro. Me detuve y estacioné a Twila frente a una de las pesadas puertas de madera. Verifiqué que mi cabello no tuviera un aspecto demasiado salvaje después de un día entero de rodaje en la ciudad, agarré la botella de vino por la que había parado en mi camino y me pasé a través de una puerta de hierro forjado y subí los dos escalones hasta un amplio porche delantero.

Después de detenerme un momento para calmar mis nervios, toqué el timbre de la puerta y retrocedí, cambiando nerviosamente de un pie a otro y agarrando la botella de vino con fuerza.

Retrocedí un paso más para ver mejor la casa, notando que era más pequeña de lo que esperaba, al menos a primera vista.

La puerta se sacudió, interrumpiendo mis reflexiones arquitectónicas, y respiré hondo, plasmando lo que esperaba fuera una sonrisa agradable en mi cara. La pesada madera se abrió hacia adentro para revelar a un hombre alto, de pelo rubio y con ojos azules claros.

-Sra. Valdés - extendió una gran mano- es un placer conocerte. Josh Riley –

Como si no supiera quién era él.

En las fotografías, Josh Riley era un hombre atractivo, pero en persona, era un poco más que eso. Sentí una reacción instantánea, visceral, y tuve que sofocar el impulso de tocarlo para ver si era real. Dios. No es de extrañar que la gente siguiera a estos dos, queriendo fotos.

Un poco aturdida, tomé su mano.

- Juliana Valdés. Por favor, llámame Juliana -

Su agarre era fuerte sin ser dominante - Juliana - dijo, como si lo intentara. Él sonrió. -Y tú deberías llamarme Josh-

Antes de soltar mi mano, me tiró suavemente de la puerta y la cerró detrás de nosotros. Levanté el vino.

-Valentina dijo que no trajera nada, pero mi madre me mataría si apareciera con las manos vacías-

-No me sorprende que le gustes a Valentina- Me tomó de la mano otra vez -Voy a dejar que lo entregues tú misma. Valentina está en la cocina, creo-

Dejé que me empujara más adentro de la casa, un poco desconcertada por los límites físicos que normalmente existían entre los extraños virtuales.

Me condujo a través de una escalera de piedra que subía a nuestra izquierda a lo largo de un amplio pasillo. Al final del pasillo daba a una enorme sala de estar abierta con una pared de vidrio de dos pisos que ofrece una vista impresionante de Los Ángeles por la noche.

Me detuve, haciendo que Josh también se detuviera.

-Guau -

-Bien, ¿no es así? - Me llevó hacia una escalera de metal forjado, suavemente curvada, con escalones de baldosas que conducían al nivel principal -Deberías ver la vista de las montañas durante el día. Es por eso que ella pagó por este lugar-

-Te creo- murmuré, siguiendo a Josh por las escaleras, todavía mirando la vista.

Cuando llegamos al final de los escalones, Josh se detuvo y miró a su alrededor.

- ¿Valentina? Tu invitada está aquí-

- Juliana - La voz ronca me afectó como una sacudida eléctrica y solté la mano de Josh apresuradamente, temiendo que mis sentimientos pudieran ser transferidos por el contacto. Valentina emergió de una amplia abertura arqueada que conducía a una gran cocina, limpiándose las manos en una toalla -Estoy tan contenta de que pudieras venir. Bienvenida-

-Gracias- dije, incapaz de detener la gran sonrisa que se extendía por mi cara al verla.

Su largo cabello se aflojó por su espalda y llevaba una camiseta verde descolorida metida en unos vaqueros desgastados y sin zapatos.