Perdida en ti

Capítulo 12 - Otros planes

Después de que Valentina se fuera, comí, me bañé y me vestí antes de conducir al lugar del rodaje en el centro.

Una vez allí, me metí en mi guardarropa, soporté pacientemente los molestos intentos de Jules por hacer que mi cara pareciera que no había tenido un encuentro con un pino recientemente y traté de parecer alegre cuando me presenté ante la tripulación.

Desafortunadamente, aunque Jules era capaz de ocultar el daño en mi cara, la lesión en mis costillas iba a evitar que hiciera cualquier tipo de escena física. Escenas de arresto, escenas de persecución, básicamente todos los tipos de tomas programadas para el día se me escaparon hasta que mis costillas se curaron. A las once en punto, Carlos me había enviado a casa con una molestia mal disimulada, refunfuñando.

En casa, tomé algunos analgésicos, agarré un libro y me instalé en mi hamaca del patio, logrando leer algunos capítulos antes de que las pastillas comenzaran a funcionar y me quedé dormida. Me desperté a las tres, me preparé un emparedado, tomé algunos analgésicos más y me acosté en el sofá donde dormí hasta que sonó el teléfono a las seis y media.

-Si- respondí aturdida

-Deberías haberlo visto hoy, Juliana. Tuvimos una gran cantidad de personas que nos veían grabar, y dos mujeres prácticamente tuvieron una pelea de puños cuando Sergio estaba firmando autógrafos ... -

-¿Esme?- Gruñí, parpadeando con el reloj.

Ella hizo una pausa -Bueno, por supuesto, soy yo- Su tono le transmitió su incredulidad de que yo consideraría que era otra persona.

-Lo siento. Acabo de despertarme...-

-Bueno, me alegro de que estés despierta ahora. Escucha, Paula y yo nos acercamos para invitarte a cenar, ¿vale? -

- Esme, eso es bueno de tu parte, pero yo ... -

- Juliana, tienes que comer- Su tono era final - Estaremos allí en unos veinte minutos-

-Esme...- Lo intenté de nuevo, pero ella ya había colgado.

-Mierda- Mis intentos de devolverle la llamada quedaron sin respuesta y finalmente suspiré y me dirigí a la ducha.

Veinticinco minutos después, me había duchado y cambiado a una camiseta sin mangas y un par de pantalones cortos de color caqui. Pasé una mano por el cabello semihúmedo cuando abrí la puerta principal para revelar las caras sonrientes de Esme, Paula, Danny, Sergio y Jacobo

Parpadeé de sorpresa -Hola chicos-

Recibí un coro de saludos a cambio, y Danny levantó dos cajas grandes de pizza -Pensamos que tendrías hambre-

-Yo...-

Esme pasó a mi lado, dirigiéndose directamente a la cocina -Quería recoger algo del lugar de costillas que te gusta, pero Danny insistió en la pizza. ¿Tienes vino? -

Suspiré -Hay blanco en la nevera- dije, y resignadamente retrocedí para dejar entrar al grupo.

Jacobo fue el último en entrar. Se detuvo y me miró -No necesitamos quedarnos, si no quieres que lo hagamos. Esme dijo que sabías que veníamos, pero es bastante obvio que no nos esperabas -

Sacudí la cabeza y sonreí, pasando mi brazo por su cintura para darle un breve abrazo, que devolvió con cuidado -Fue una sorpresa, sí, pero una bonita. No te preocupes por eso-

-No nos quedaremos mucho tiempo, te ves mejor- Él asintió y pasó por delante de mí hacia la casa.

Comencé a empujar la puerta para cerrarla, luego pude ver una forma alta y familiar caminando por mi camino, curiosamente observando los tres autos adicionales estacionados allí.