Perdida en ti

Capítulo 31- ¡Sorpresa!

Estaba equivocada.

Nadie perdió el interés. En todo caso, la reciente mezcla de historias sobre mí (mi desaparición, las fotos de mí que besaban a un hombre rubio no identificado y mi cena con Josh) se combinaron para convertir a la prensa en una especie de frenesí.

Mi vuelo de salida de Los Ángeles la tarde anterior había despertado un gran interés por parte del aclamado cuerpo fotográfico de celebridades de LAX, y mi llegada a LaGuardia había sido igualmente bien documentada.

Molesta por el creciente grupo de periodistas que seguían cada uno de mis movimientos, no fui tan amable como podría haber sido cuando me abrí paso a través del cuadro de fotógrafos en el hotel esa noche, o la mañana siguiente en mi camino al espectáculo de la mañana grabando cuando fui inundada de nuevo fuera del edificio de la red.

-Mierda- Gruñí de disgusto, tirando el papel que había estado mirando sobre la mesa situada en el rincón de la ventana de mi habitación del hotel.

Se deslizó sobre una pila de otros papeles e impresiones de Internet que ya estaban allí, esparciéndolos y golpeando varios a la alfombra.

Fotos de Josh y yo en casa de Sophie, sonriendo y riendo durante la cena. Fotos de Josh con su brazo alrededor de mi cintura cuando salimos del restaurante y otros de nosotros mientras nos apresurábamos hacia el coche delante de la prensa, nuestras manos unidas. Ni siquiera recuerdo sostener su mano, pero ahí estaba, a todo color.

Fotos de nosotros dos en la cena la noche anterior en Ona, otra vez sonriendo y pareciendo muy chummy. La seguridad en el hotel era buena, y para mi alivio, no nos habían molestado ni una sola vez durante la cena, pero no podían detener a todos los comensales emprendedores con un teléfono con cámara.

Las fotos tomadas en el balcón de la casa de Esme en Malibu de James besándome.

Fotos granulosas encubiertas del conjunto supuestamente "cerrado", mostrando a Valentina con aspecto demacrado, pálido y despreocupado, con historias que acompañan a su rumorada ruptura. Sabía que estaba interpretando a una adicta en la película, y aplaudí a su maquilladora, pero las fotos me preocuparon un poco, la delgadez era real y ya estaba demasiado delgada. Esperaba que ella no estuviera tomando esto como un adicto al extremo.

Dispersas a lo largo de las páginas había fotos de Josh y Valentina, que parecían felices y hermosos juntos, mirándose con evidente afecto y adoración.

Y luego estaban los titulares.

Rompe hogares.
Tentadora.
Seductora Back-stabber.
Ramera.

Básicamente, un tesauro de palabras que significa puta desagradable y engañosa.

Suspiré de nuevo y me dejé caer pesadamente en el sofá, mirando por la ventana el río Hudson y el paisaje urbano más allá, dejando los papeles donde estaban. Al parecer de la noche a la mañana, me había convertido en una Jezabel certificada. Una zorra espinosa que había roto una de las parejas de celebridades más reconocidas de los últimos años, y causó una crisis nerviosa en el proceso.

Fantástico.

Josh había intentado tranquilizarme, diciéndome que esto iba a pasar, que otra celebridad haría algo sorprendente o simplemente estúpido y que la prensa se olvidaría de nosotros, pero a mí me parecía dudoso. Nunca había sido el foco de tanta prensa, ni quería volver a serlo.

Tendría que examinar ese deseo cuidadosamente, teniendo en cuenta la relación en la que me estaba metiendo con Valentina. Si la prensa alguna vez conecta correctamente con los puntos del triángulo de Josh, Valentina y yo... Sacudí la cabeza, sin querer siquiera imaginar el tipo de frenesí que provocaría. Lo que me estaba pasando ahora era suficiente para lidiar con eso.