Que lindo es el cielo a todas horas.
Cuanta belleza carga el firmamento sobre toda su extensión.
El cielo es admirable por su ingente gama de colores que pueden llegar a teñirlo; colores que nunca se repiten, nubes que no poseen la misma densidad, forma y orden.
También es admirable por nunca ser igual, pues no importa la hora en la que fijemos nuestros ojos sobre éste, pues aún cuando lo miremos dos veces en un espacio corto de tiempo no será el mismo cielo que la primera vez.Chan adoraba mirar el cielo. Mientras iban de la mano caminando sin destino, tenía la manía de detenerse sin más y contemplar la bóveda celeste sobre ellos. No decía nada, no señalaba ninguna nube entre risas por alguna forma curiosa, no elogiaba los preciosos colores anaranjados del atardecer o las estrellas que en pocas ocasiones era posible comenzar a ver. No. Sólo apreciaba en silencio el inconmensurable cielo con sus finos ojos brillando de cariño y apreciación, mientras que su gesto emanaba armonía y tranquilidad con una pequeña curva (que de no ser por el amor que Felix poseía por examinar y admirar el rostro de su amado, sería imperceptible) sobre sus labios en forma de corazón.
Y curiosamente, antes de que Christopher entrase a la vida de Felix, éste no poseía mínimo interés por aquella gigante capa sobre él. Quizá en viajes llegaba a distraerse mirando el cielo o en momentos de aburrimiento en clases lo miraba, pero no para apreciar su extensión, sino para sofocar su hastío.
Nunca le tomó importancia al cielo, pero después de Chan siempre sonreía al subir sus ojos, pues sea cual sea la imagen encima de él , Chris era lo primero que su mente evocaba y en ocasiones inclusive lo podía distinguir entre las aglomeraciones de agua que a veces cubrían el cielo. Además de que su pecho latía con amor al pensar que en ese instante compartían el mismo firmamento, sin importar como luciese sobre Chris, era el mismo colorido cielo.
Casi de forma automática Felix descubrió el amor que su pareja poseía por el firmamento, pues tan sólo su primer encuentro se dio por aquellos repentinos detenimientos que poseía el mayor para admirar el cielo. Felix caminaba con cansancio a casa y chocó con Christopher mientras éste se encontraba ensimismado con los ojos sobre la capa arriba de ellos.
Chan se enamoró de forma inmediata del menor, pues el cielo que decoraba su escenario fue una de esas pocas ocasiones en las que los astros brillaban sin pena alumbrando secciones pequeñas del nocturno cielo por el que ambos caminaban. Y esos mismos astros que Chris tanto miraba con amor estaban sobre los pómulos del chico con el que acababa de colisionar, un chico que después descubriría es una misma estrella.
Felix perdió el sueño que abrumaba su regreso en cuanto sus ojos se posaron sobre el rubio, casi juró que aquel chico era la misma Luna pues era tan pálido y hermoso como el satélite. No importan los intereses de la gente, todos pensamos que la Luna es preciosa y es casi imposible hallar a alguien que no esté enamorado de ella. Felix no fue este imposible pues cayó ante el encanto de aquel que después se convertiría en el Sol de su vida.Aún recuerda con cariño la primera vez que durmió con Bang. Yongbok nunca ha sido una persona que despierte temprano (ni siquiera lo fue después de todas las veces que madrugó por Chan) pero aquel día su cuerpo decidió serlo y hasta el día de hoy se siente tremendamente agradecido porque fue así.
Lo primero que lo sintió al despertar fue frío, sus manos recorrieron el colchón buscando el cálido cuerpo ajeno sólo para hallar que éste no yacía más a su lado, fue ahí cuando sus ojos comenzaron a abrirse con pesadez. Una vez dejo de ver borroso, de parpadear lento y de sentirse aturdido, inspeccionó la habitación sólo para encontrarse con la imagen más hermosa que sin importar el paso de los años conservara aquel título hasta que Felix muera y su memoria con él.
Chan estaba de pie en el balcón con la cabeza un tanto reclinada hacia arriba, le daba la espalda por lo que Felix miró sin pudor la descubierta y nívea espalda del mayor, dándose cuenta de lo majestuoso que lucía aquel hombre debajo de los rosáceos tonos que comenzaban a apoderarse del cielo de la mañana. La manera en la que su despeinado rubio cabello brillaba entre luces rosas y moradas que parecían caer sobre sus hombros entre tintes azules de diversas intensidades y con brillos claros de rosas que nunca antes había tenido la oportunidad de ver.
Sin lugar a dudas, el amanecer se volvió su transición favorita. Además de que eran éstos los que compartían después de demostrar físicamente el amor que tenían por el otro en la penumbra mientras la Luna reinaba con tonos negros y azules.
Lo admiró por largos minutos entre silenciosos suspiros de parte ambos. Perdió la cuenta del tiempo que observó a su amado ser pintado por nuevos tonos que se iban aclarando, mas tuvo una idea de que el tiempo no se había detenido pues los tonos rosados dejaron de llover sobre Chris para darle paso a colores puramente azules entre nubes blancas que daban el anuncio visual de que aquel día estaba en la flor de su comienzo.
Pensó infinitas veces en acercarse y compartir aquella mañana, pero una gran parte de él sintió que aquello sería violentar la pacífica imagen que estaba teniendo la gran fortuna de presenciar, por lo que permaneció en su lugar entre las sábanas hasta que Chris dejó salir un último suspiro y se giró encontrando a su estrellado enamorado con sus ojos fijos sobre él. Felix recuerda también de forma clara la manera en la que el mayor lo llenó de besos después de aquello, de ahí no recordaba más, pero estaba bien así pues de lo ya narrado es suficiente para saber que ese día no necesitaba más para alcanzar la perfección.Un día llegó a la conclusión que del modo que Bang miraba el cielo era el mismo del que Lee lo admiraba a él. Con todo y ese brillo de gran afecto sobre sus orbes hasta con aquella minúscula sonrisa sobre sus labios.
Ahora, a pesar de todas las penas y el dolor que le rodeaban por el momento, se sentía afortunado de poder mirar el cielo y no sólo encontrarse con el lienzo más hermoso que posee la tierra sino también de saber que la persona que tanto amó se encuentra sobre aquellas nubes mirándole desde aquella distancia que tanto él miró cuando vivió, amándole entre los colores y haciendo todo lo posible de sí para teñir las pecas de Felix de tonos tan bonitos como él.
No culpaba a Christopher por sus acciones pues entendía que el mayor sueño de su amado siempre fue estar en aquella bóveda celeste de la que finalmente formaba parte y donde seguramente era mucho más feliz.
El cielo ahora es más precioso pues Chan reside en él.
me quiero hacer la automorision, perdón.
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antología; skz
FanficDiversos one-shots o drabbles que voy escribiendo sobre shipps de Stray Kids o de ellos en general.