Christopher leía totalmente sumergido el libro que estaba posado en sus manos, de vez en cuando se le escapaban muecas de sorpresa o de intriga. Jeongin, sentado frente a él también en el suelo, lo admiraba y no perdía detalle de cada movimiento del mayor por mínimo que fuese.
—Hyung, ¿quiere un vaso de agua? —se inclinó un poco hacia adelante buscando la atención del extranjero.
No recibió ninguna respuesta, ni un pequeño murmuro, ni un disentimiento de cabeza, ni un monosílabo, ni siquiera lo miró.
El menor abultó sus labios.
Se sentó recto y miró a su alrededor buscando como obtener aunque sea una mirada corta de su novio.
Comenzó a hacer muecas y movimientos exagerados, inclusive le cantó e intentó hacer beatbox. Pero los ojos de australiano nunca se desconectaron de los versos impresos.
Jeongin gruñó frustrado.
—Channie —alargó la última vocal—. Chris —esta vez la s fue la que alargó hasta que su respiración se lo permitió—. Hyung hyung—repitió con insistencia y cada vez más rápido. Se detuvo cuando los ojos del rubio frente a él se cerraron.
Chan suspiró antes de mirar a su pareja.
—¿Qué?
Jeongin sonrió victorioso.
—¿Quieres hacer algo? ¿Ir a comer? ¿Salir a pasear? ¿Ver películas?
Christopher cerró el libro y lo puso sobre sus piernas antes de hablar:
—Jeonginie, te dije desde la semana pasada que hoy saldría con Changbin y Jisung en la tarde. ¿Por qué no sales con Seungmin o Hyunjin? —los ojos del coreano bajaron y su boca se torció.
—Sólo quiero hacer algo contigo —susurró.
El mayor arrugó su nariz, los últimos meses el menor estaba pegado a él todo el tiempo. Al principio le parecía adorable, pero cuando Jeongin comenzó a cancelar salidas con sus amigos y faltar a la escuela para estar con él. Todo lo tierno se perdió. Sin embargo, Christopher, de manera culposa, disfrutaba la atención de su novio. Aún así le preocupaba el estado de su pareja.
Gracias al apegamiento del menor sus discusiones aumentaron.
Christopher Bang es un hombre que adora y disfruta su tiempo a solas. Aún cuando dejó de tener tanto tiempo para él desde que comenzó a vivir con Jeongin, seguía teniendo pequeñas horas cuando éste estudiaba, hacía tarea, salía con sus mejores amigos o dormía. En aquellos pequeños momentos Chan escribía y componía hasta que su pequeño entraba curioso a su estudio y el mayor lo terminaba mimando o Jeongin jalaba a Chan para ver alguna serie abrazados.
Pero ahora sólo podía estar solo en el baño o cuando convencía al menor de ir a clases, desfortunadamente no podía escribir. Se sentía estresado y fatigado.
Le oprimía el pecho no saber que hacer sobre Jeongin, cómo lograr que el menor pensara un poco más en él mismo.
El problema aumentaba cuando lograba tener un poco de inspiración y Jeongin no le permitía escribir insistiendo que quería la atención del mayor. Chan le explicaba con calma que estaba mal, que no siempre iban a mimarse y que debían hacer cosas por sus partes. Jeongin hacía berrinches infantiles mientras le cuestionaba si aún lo quería y cosas que no tenían que ver sobre el amor al otro. De una forma u otra terminaban diciendo cosas al azar y discutían hasta que el menor lloraba haciendo que el mayor se sintiese culpable, terminando con mimos silenciosos, acostados sobre la cama que compartían hasta que Jeongin se quedara dormido. Aquello se estaba volviendo repetitivo, cansado y dañino. Para ambos.—No hoy, Jeongin. Mejor sal con tus amigos.
—Pero no tengo amigos —bisbiseó causando que el ceño de Chan de frunciera.

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antología; skz
FanfictionDiversos one-shots o drabbles que voy escribiendo sobre shipps de Stray Kids o de ellos en general.