antología; skz

hanahaki; jeonglix

Jeongin corrió al baño y una vez dentro (y después de cerrar la puerta de forma abrupta) se recargó sobre la madera y comenzó a toser. Unos dos carraspeos después salieron de su garganta un par de pétalos rosa claro.

La cantidad de hojas había aumentado, lo que significaba que no sólo su amor por Felix había aumentado, sino que también lo habían hecho las posibilidades de que no fuese correspondido.

Jeongin cerró su puño deshaciendo los pétalos dentro de su palma. ¿Debería aceptar de una vez que jamás sería recíproco su amor y buscar ayuda médica o debería seguir esperanzado de que algún día suceda?

Si seguía esperando y Felix no se sentía igual por Jeongin, él podría morir. Los pétalos podrían consumir sus pulmones y obstruir su tráquea, acabando con su vida.
Pero, ¿qué pasaría si Jeongin llegase a operarse perdiendo la habilidad de amar y Felix comienza a sentirse atraído a él? ¡Jamás podría corresponderle y Felix podría morir!

La única forma de eliminar la enfermedad de Jeongin es a través de una operación bastante riesgosa, donde podría no sólo perder el amor hacia Felix, sino el cariño hacia cualquiera y con esto todos los sentimientos que puedan llegar a caber dentro de su joven pecho.
En aquel proceso médico se extraen a fondo cada uno de los pétalos dentro de sus pulmones y con éstos se extrae el sentimiento por aquella persona.

Le temía a la cirugía no únicamente por Felix, también por sus amigos y familia. No se imagina abrazando a Chan y no sentir esa calidez que tanto emana el mayor cuando se está en sus brazos. Ni hablar de la felicidad que se aloja en él cuando su madre besa cariñosa su frente.

Le dolía la cabeza imaginarse cantando sin motivación o emociones detrás de cada letra y nota. Pero al mismo tiempo solía cantar con sentimiento cuando tenía al pecoso en sus pensamientos, era como su empuje y todo aquello se aumentaba cuando cantaba baladas románticas donde los versos podían describir al australiano y todo lo que provoca en él.

¿Podría Jeongin vivir sin amar a Felix?

Más importante, ¿podría vivir amándolo sabiendo que eso sólo está llevando lentamente a su deceso?

No sabía que era peor: vivir sin su inspiración diaria (quizá perdiendo también todas sus demás emociones) o vivir muriendo de amor.

Yang sentía que con ninguna opción salía victorioso. Con ambos caminos perdía algo, en uno podría perder más y vivir para ver su pérdida, en el otro sentiría no sólo la forma en la que su vida se acaba sino también el constante dolor de su amor unilateral.

¿Era mejor no sentir y vivir o morir sintiendo?

En este punto las saladas lagrimas ya abordaban sus mejillas sin detenerse. Entre uno de sus hipidos comenzó a toser nuevamente y aquellos molestos pétalos aparecieron provocando más angustia y enojo en el apellidado Yang.

Era un chico emotivo y sentimental, el operarse significaba perder aquellas características, ¿realmente valdría vivir sin sentir?

¿Qué sentido tendría seguir vivo sin las emociones del diario? Por monótonas que fuesen, aún cuando ya estuviera habituado a otras cuantas. Todas las emociones estaban ahí, creando serotononina, dopamina y otros neurotransmisores que provocan mil y un cosas en Jeongin.

Finalmente moriría, ¿no? Era un destino que todos tiene por igual, ¿valdría la pena atardar la llegada de la muerte a él para vivir aquel tiempo sin sentir?

Si deja que su enfermedad avance le dolería a sus amigos y familia, pero sentirían algo. Eso amorfo se alojaría en sus pechos y los haría sentir. Si llegase a operarse podría no sentir de nuevo, ni siquiera empatía, podría ser brusco y grosero con quienes ama y no lo sabría. No lo sentiría, ni de forma de disculpa ni como sentimiento.

¿Qué pasaría si acepta la ayuda médica y la operación sale con éxito, manteniendo sus emociones, a excepción de su ingente amor por Felix? Claro que es una probabilidad, es un porcentaje mínimo, casi inexistente, de que suceda, pero también es una de las rutas posibles.

¿Y si se mantiene con sus emociones y luego comienza a sentirlas por alguien más? El hanahaki saldría de él, sería amado y amaría. Felix sería feliz con aquel oscuro chico y Jeongin con quien sea que logré obtener su corazón.

Jeongin se dejó caer hasta el suelo, con la mano llena de pedazos de pétalos sobre su boca tratando de acallar sus sollozos.

El camino se dividía de tantas maneras, todos los carriles sin respuesta, quizá sin límites. ¿Con cuál saldría ganador? ¿Realmente podría ganar en esta vida?

Felix rió interrumpiendo sus sombríos pensamientos.

Jeongin tosió débil y un sólo pétalo salió de su boca. A diferencia de las corolas anteriores éste era de un tono rojo fuerte. Aquel joven en el baño, sonrió.

¿Cómo pudo olvidar que ya estaba ganando en esta vida sólo por el hecho de tener la suerte de amar a Felix? ¡Poco importaba no ser correspondido! Lee Felix era un ser humano increíble, humilde y amoroso. Aún cuando no le quería como Jeongin desease, tenía un lugar especial en el puro corazón del australiano.

Tenía la fortuna de sentir, aún cuando estuviese muriendo. Estaba sintiendo aquello, sintió el día anterior, sentiría el día de mañana y seguiría sintiendo.

Todos morirían, él prefería hacerlo sintiendo. Amaría a Felix sin importar que aquello lo llevase a la muerte. Tantos han muerto en defensa de lo que aman, ¿por qué Jeongin no?

Se limpiaría el rostro y saldría con sus amigos a disfrutar tenerlos y tener a Felix en su vida.
En esta vida tan llena de emociones.

si no se entendió el Hanahaki es una enfermedad ficticia en la cual el enfermo vomita y tose pétalos de flores por un amor unilateral o mejor dicho mal correspondido. Donde la única cura es remover la "infección" mediante cirugía, sin embargo cualquier sentimiento también es extraído mediante la operación como daño colateral. 

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