musubi; changlix

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basado en el filme 君の名は (kimi no na wa) ¡!

advertencias: toca temas sensibles como la muerte y el suicidio.


Seo Changbin y Lee Felix eran almas gemelas.

Sin embargo, eran parte de esa pequeña cantidad de la población cuya suerte era inexistente. Nunca vivirían juntos para siempre, no despertarían al lado del otro cada mañana, ni se irían a dormir sosteniendo la mano ajena sabiendo que el día que continuase se mantendrían juntos amándose, al menos no en esa vida.
Su conexión era fuerte y vivían con esa pizca de tranquilidad que les repetía que todo sería diferente en su siguiente vida, que todo ese tiempo que no pueden amarse lo podrían hacer plácidamente en la siguiente vida.
Pero era también doloroso vivir con esa promesa que se sentía tan lejana a veces, ¿y si en realidad no había otra vida y el dolor de ese amor era lo único que tendrían del otro?

Changbin era el más positivo, o quizá el que mejor fingía serlo, él siempre animaba a Felix diciendo que a pesar de todo, era una bendición que el destino les haya entregado esos encuentros anuales. Felix era todo lo contrario, su pesimismo era palpable al inicio de día y su dolor destacaba cuando Changbin tenía que irse, él era quien creía que poder encontrarse cada año era una maldición pues sólo les recordaba el dolor de que nunca podrían vivir juntos.

Y Changbin trataba de entenderlo, finalmente Felix era el que estaba muerto. Changbin regresaba a su vida normal cuando las doce horas que se les otorgaba cada 364 días acababan, él podía correr y llorar en los brazos de sus amigos quienes lo animaban y estaban con él el resto del tiempo hasta que pudiese ver a Felix otra vez. En cambio, Felix vivía en un espacio negro cuyo vacío de la oscuridad a veces era sofocante, la soledad consumía su racionalidad, el paso del tiempo era inexistente y aún así conforme avanzaban los minutos su cordura se iba destrozando, por más que gritase y llorase nadie le escuchaba, por más que reviviese aquel fatídico momento no podía hacer nada más que morir una y otra vez para regresar a aquel lugar lleno de oscuridad donde él era el único habitante.

Su conexión como almas gemelas les permitía regresar al 12 de Junio del 2014 a través de un rompimiento en la línea de espacio y tiempo que ninguno terminaba de entender y que si Changbin tratase de buscar ayuda profesional lo único que le recomendarían sería un psiquiatra. No simplemente aparecían al lado del otro cuando comenzaba el día, era un tanto más complicado: Changbin tenía que ir al lugar donde miró a Felix por primera vez, ahí espera paciente el amanecer y una vez comienza lo que Changbin llamó la hora mágica, Felix aparece a su lado al igual que un largo y lento rosado amanecer que los acompaña hasta que su tiempo termina. 
Al inicio creyeron que la conexión se daba para evitar el accidente que terminó con la vida de Felix, pues el día y la hora en la que comienzan les dejaban una brecha que creían perfecta para evitar que se perdiera la vida del pecoso. Mas después de cuatro intentos, se dieron cuenta que no era así, que sin importar que tanto se esforzaran, que tanto se preparasen, ni que tanto lo planearan Felix no vivía otro día.
Así Felix vivía un ciclo infernal donde el 12 de Junio por doce horas abrazaba con fuerza a Changbin y quince minutos después fallecía sin mas. Repitiendo aquello cada vez que el calendario anual llegaba a aquel lúgubre día. 

De ser por Changbin seguirían intentando hasta lograr salvar a Felix, pero Lee estaba cansado y hostigado de la ansiedad que recorría su cuerpo cuando comenzaban a planear como salvarlo. Ya había aceptado que no tenía salvación y que aquel tortuoso ciclo acabaría hasta que Changbin lo alcanzase en otra vida o como le gustaba repetirle antes de desaparecer:

—En la siguiente vida podrás salvarme.

No lo decía porque lo creyese, si fuera por la honestidad del corazón de Lee, él gritaría desgarrado el miedo que tiene de volver a aquellas tinieblas interminables, como ya perdió la fe en todo y cuanto desea no regresar nunca pero que teme más nunca abrazar a Changbin; pero sabría que aquello angustiaría y destrozaría a Seo, por lo que siempre que las doce horas llegaban a su fin se iba con una sonrisa en sus labios y palabras de aliento para Changbin, que ocultan entre versos el deseo que tiene de verlo el siguiente año. Una vez regresaba a su limbo se rompía en llanto por días, quizá semanas, entre sollozos su voluntad se desmoronaba más. Sin embargo, por más dolor y tortura pase ahí en su soledad nunca se cuestionó, ni se arrepintió de tener ese pequeño tiempo junto a Seo Changbin, era una maldición pero siempre le abriría la puerta si a cambio podía tener a Changbin en sus brazos. 

antología; skzDonde viven las historias. Descúbrelo ahora