soulmates; changjin

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Hyunjin se acercó al mostrador de aquel local hecho un manojo de nervios.
Era la primera vez que iba a tatuarse y estaba sugestionado ante todo lo que leyó sobre el dolor, el tiempo que puede tardar, si puede infectarse y lo más importante, el temor de que su alma gemela lo odiase por marcar la piel de ambos sin su consentimiento.

Era sólo la patita de su mascota, no podría odiarlo por algo así de tierno, ¿verdad?

—Bienvenido, ¿tienes cita? —un chico pelinaranja con pecas lo recibió alegre aliviando por un momento el nerviosismo del coreano. Hwang asintió.

—A nombre de Hyunjin —respondió en un tono lo suficientemente audible. El chico retiró los ojos de él para comenzar a teclear en el computador a su lado. Hyunjin aprovechó que la mirada del pecoso no estaba más sobre él para analizarlo. El chico llevaba una playera lisa negra de manga corta que dejaba ver a la perfección sus brazos, ambos con bastantes trazos entintados.

El apellidado Hwang no pudo evitar suspirar, ¿el compañero de vida de aquel chico habrá estado de acuerdo en todos los tatuajes? ¿Habrán sido idea sólo de él? ¿No tendrá alma gemela?

—No te preocupes, Hyunjin, no duele tanto —el chico le sonrió nuevamente. No era exactamente lo que el coreano quería escuchar pero también servía para calmarlo. Además que era obvio que aquel chico no le iba comenzar a contar sobre su vida y sus tatuajes.

—Eso espero —respondió rascando su nuca.

—Si estás muy nervioso puedes llamar a tu alma gemela, pueden entrar ambos o pueden decidir que mejor ella o él se lo haga —animó poniéndose de pie.

—En realidad mi alma gemela no sabe sobre esto —bisbiseó avergonzado y el pecoso rió.

—Vaya que será una sorpresa en ese caso. Personalmente hubiera matado a mi novio si él hubiera hecho algo parecido —soltó una risa.

—¿Siempre han estado de acuerdo en los tatuajes?

—Técnicamente. A veces de la nada soltamos la idea al mismo tiempo—Hyunjin sonrió suave ante la respuesta.

Bueno quizá aquel chico si le iba contar sobre su vida y sus tatuajes, someramente pero lo haría.

—Debe ser lindo.

—Lo es. No te preocupes mucho, ¿ya le encontraste? —Hyunjin disintió y el chico le sonrió compasivo—, bueno, que tengas una marca así de permanente le va ayudar a tu destinado a hallarte —el joven caminó hacia Hyunjin y le dio un apretón en hombro manteniendo su suave sonrisa—. ¿Listo?

Una vez Hwang asintió, el pelinaranja comenzó a caminar hacia un pasillo. En aquella caminata se detuvieron unos segundos en una de las habitaciones que eran utilizadas para tatuar. El chico que lo recibió se metió y dejó un casto beso en los labios del rubio que estaba ordenando aquella habitación, aquel muchacho poseía exactamente los mismos trazos de tinta que el pecoso.

—No puedes hacer esto cada vez que pasas —aquel muchacho le sonrió en grande al pecoso en su camino de vuelta a Hyunjin.

—¡Sí puedo! —rió y continúo guiando al coreano.

El chico abrió una de las puertas del final del pasillo después de dar un par de toques en ésta. Guió a Hyunjin dentro y le indicó que tomara asiento.

—¿Changbin? Tienes cliente —tocó la blanca puerta a su lado izquierdo que Hwang dedujo era el baño.

Un chico de pelo negro salió de aquella puerta agitando las manos. Hyunjin sintió que le faltaba el aire al verlo, aquel desconocido era extremadamente atractivo. 

antología; skzDonde viven las historias. Descúbrelo ahora