Confrontación - Serie: Étoile Producciones - 03

Capítulo XV

Agua Blanca

Llegó el sábado, Drew, Trevor, José y Pablito Dos punto Cero esperaban en la puerta del edificio por la llegada de Miguel para recogerlos para ir a la dichosa isla. Juan, tan pronto supo que el papá de Mei le negó el permiso no quiso ir; invento cuanta excusa pudo, que tenían que hacer un trabajo escolar, que estaba atrasado con una tarea la escuela, que...; Drew ya empezaba a ponerse molesto con el chico y estaba a punto de agarrarlo a la fuerza, amarrarlo como pollo y llevarlo cargando como saco con ellos, quisiera o no. Trevor se puso de parte del chico, ahora él era el papá bueno y Drew el papá malo. Al final Juan se quedaría con la tía Ruby, tener a un chico llorón todo el camino sólo les aguaría el paseo, justificó Trevor. José sólo sonreía divertido, casi agradecía la intransigencia de su hermanito en ceder ante el paseo familiar pautado.

La bocina de un todo terreno tocó y el grupo subió dentro.

—Chicos, —dijo Miguel. —Él es Alberto, mi primo, —presentando al joven atrás. —¿Y Juan, y su novia?

—No vienen, —José lo dijo con una sonrisa que no podía ocultar.

—Ya son tres menos, tía Paula tampoco; bueno pasemos donde Sergio y Gabriel.

Cuando llegaron a la casa de Gabriel sólo Sergio estaba esperando.

—¿Y Gabriel?, —preguntó Miguel al hombre que se subía al vehículo.

—Jugando al Avispón Verde otra vez, —dijo un molesto Sergio.

Miguel no quiso preguntar, sólo comentó mientras el chofer de su abuela los llevaba al muelle.

—Cuatro menos.

Media hora más tarde abordaban el yate familiar de los Hart y empezaban el viaje.

—Bien, esto es sol, playa, arena y mar, —dijo Miguel tratando de parecer alegre, pese a que sentía que el ambiente no estaba muy festivo. Apenas salieron del puerto Miguel se empezó a cambiar de ropa, bajándose los pantalones y quitándose la camisa, quedando sólo vestido con un corto bikini con las rayas y estrellas de los Estados Unidos. —Chicos vamos, —dijo a los dos muchachos más que todo.

José y Alberto siguieron el ejemplo de Miguel. Alberto, el más dudoso, al final se quedó con un traje de baño tipo bermuda, Miguel sonrió ante la imagen del flaco primo que parecía un asta de bandera, pero eso si, con la bandera a media asta. José traía puesto su traje de baño de las clases de la piscina, un modelo más para competencias deportivas. El chico estaba igual de flaco que el primito de Miguel, pero su opción de indumentaria se le veía mejor y ayudaba también que el cuerpo se le empezaba a definir con aquellas clase de nado.

Poco después se unieron el resto de los hombres, al parecer el único que no encajaba en el conjunto era Alberto, todos iban con trajes de baño pegados al cuerpo, no tan breves como el de Miguel, sino más al estilo brasileño.

Una hora más tarde llegaban a la isla. El viaje era más a lo largo de la costa, que alejándose de la misma. Agua Blanca estaba a una distancia de la costa de tan sólo seis kilómetros, un yate promedio a cuarenta nudos recorrería esa distancia en menos de diez minutos. Cuando el capitán de la nave indicó que estaban llegando, el grupo se asomo al guardamancebos para ver el sitio.

Agua Blanca tenía una forma elíptica, la parte de la isla que apuntaba hacia la costa mostraba una playa blanca franqueada por cocos y palmeras. En la parte que miraba al mar abierto se le habían plantado manglares tras el huracán de hacía dos años, la idea era crear suelo nuevo y apuntalar la isla contra los embates del mar. Eso explicó el capitán a los pasajeros, mientras daba una vuelta completa a la isla.