Piratas y polizones
—¡No, no vas!, —dijeron al mismo tiempo Drew y Trevor.
—Pero lo prometiste, —reclamo José.
—Cierto, pero yo no voy a actuar en esa película, y Trevor va a estar fuera casi una semana por estar coordinando varias grabaciones en exteriores, y tú tienes clases, —puntualizó Drew.
—Te odio, —gritó José antes de salir dando un fuerte portazo.
—Ya se puso de malas otra vez, —dijo Drew.
—Deberías dejar que vaya, total sale el viernes en la tarde y debe estar de regreso el lunes; sólo perdería las clases de ese par de días, —señaló Trevor.
—Ir a Agua Blanca, a un sitio más pequeño de un estadio y donde todos van a estar follando como conejos, y él sólo mirando y aguantando que no puede hacer esas cosas; además sin ninguno de nosotros ahí, te imaginas lo que puede pasar; no, no va y ya.
Trevor no insistió, Drew tenía razón en ese punto. La fusión de las dos compañías había sido celebrada con la realización de una gran producción; y la idea de retomar el cuento de nativos y marinos en una lucha de poder en la época del imperio español, con piratas, indios y todo eso, algo similar a lo que Drew había hecho hacía pocos meses atrás en aquella Isla de los Piratas, iba a implicar una movilización de personal, actores y recursos como nunca antes en Étoile. Y Drew no tenía papel en esa obra ya que supuestamente había sido abierto en canal como un sacrificio humano a dioses indígenas, aunque se barajaba la posibilidad de representar a un gemelo que lo busca, o algo similar; aún no se ponían de acuerdo los productores.
José, que esa tarde había acompañado a Trevor a las oficinas, había escuchado los planes de la obra, y estaba más que entusiasmado de ver todo eso. No dejó de suplicar a Trevor que lo ayudara con su padre para poder ir a ver esa grabación, pero el hombre, a diferencia de otras veces que lo había apoyado, esta vez se negaba, y no por desconfiar en la cabeza del chico, sino de los otros en el lugar; ya que se supone que en una grabación de este tipo, no puede haber menores de edad, y si antes estaba en los estudios de Étoile, ahí en exteriores y con personal desconocido; implicaría para todos esos que aquel chico era para los efectos un adulto y eso no detendría el avance de alguno que otro con el chiquillo. Y no habría supervisión que evitara que pasara algo no permitido, y si eso ocurría, Drew nunca lo perdonaría.
José regresó dos horas después.
—Puedo pasar el fin de semana con Alberto, —dijo sin entrar en más detalles y reclamos.
Drew lo miró unos instantes, el chico seguía con la cara molesta.
—Si, si puedes, —dijo finalmente el hombre.
—Bien, pasan por mi mañana a las dos, —completo el muchacho y se fue a su cuarto sin cenar, tras agarrar de la nevera un par de vasos de yogurts.
—¿Qué fue eso?, —preguntó Trevor al ver la cosa.
—Creo que es su manera de no hablarme, —sonrió Drew.
***
Paula salía molesta de la consulta con el psicólogo, había sido la 'ultima cita' de Alberto y realmente esperaba otra cosa. Su madre había obligado al sujeto a averiguar que demonios pasaba entre su hijo y el hijo de aquellos gays. Alberto entró primero y estuvo cerca de una hora hablando con el hombre. Cuando salió el chico mostraba una gran sonrisa. Ella entró luego, no se lo podía creer, Byron dentro la esperaba con una gran sonrisa; casi parecía que no se iba a aguantar el no soltar la carcajada; y así fue, apenas cerró la puerta tras de si, el hombre empezó a reír y por más que ella intentaba que se calmara, él no podía parar.
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Confrontación - Serie: Étoile Producciones - 03
De TodoHan pasado poco más de cuatro años y viejos amigos (y otros nuevos) vuelven para seguir con sus vidas, sus luchas, y quien sabe que más. Dentro del mundo de Obligado, nuevos personajes y nuevas historias. *** Se aclara que esta obra contiene conteni...