Deseos
Era casi medianoche y en una retirada mesa de aquella tasca en el centro de la ciudad estaba sentado Antonio, el mesonero de la mesa asignada le traía los tragos y algunos entremeses para picar mientras esperaba el servicio; al fin de al cabo, tras la pelea en aquella feria de comida, no había podido aún probar bocado. Al frente del hombre se encontraba Lupe; ella había aceptado acompañarlo a simplemente 'charlar', tras ambos salir de la comisaría, haber dado las declaraciones respectivas y pagado las multas correspondientes; él había pagado la de ella también. No supo que paso con el otro hombre y con Pablo, y a decir verdad, ese no era su problema.
La mujer estuvo reacia a acompañarlo, pero él le indicó que estaba de paso por aquella ciudad y quizás nunca más se volverían a ver, menos a hablar; esa era su oportunidad. No sabe si Lupe acepto con alguna esperanza de algo más en mente, total esa mujer siempre estuvo loca por él, o por alguna otra razón. Y él tampoco estaba muy seguro de que iba a hablar con ella, quizás simplemente lo único que deseaba era hablar con alguien y nada más; así que con Lupe al menos, y habiendo habido historia entre ellos, había algo más que los conectara que sólo charlar de lo bueno del clima en esa época de año.
—Y bien, aquí estamos, —dijo Antonio. —Gracias por haber aceptado hablar conmigo.
Lupe no estaba muy segura de ello, la última vez que vio a Antonio digamos que no termino el encuentro en buenos términos; ella se había atrevido a chantajearlo de ir con su mujer y contarle lo de ellos; él llego hecho una furia y simplemente la batuqueó contra el piso a punta de correazos, la violó, terminó el encuentro sexual orinando sobre ella, y con la amenaza de hacerle algo peor si se atrevía a intentar otra cosa similar a eso de ir a hablar con su mujer. Ella aprendió su lección y entendió finalmente que Pablo tenía razón, que ella era simplemente una de las muchas queridas y amantes de Antonio.
—¿Alguna vez me amaste?, —se atrevió a preguntar Lupe.
—Alguna vez, posiblemente.
—Me dejaste con un hijo en el vientre.
—Creías acaso que me iba a casar con una campesina sin tierras sólo por que me iba a dar un hijo.
—Pablo dijo antes de irse aquella vez que tenías además de tus hijos muchos otros bastardos.
—Es cierto, unos cuantos.
—Nunca me diste un hijo a mi.
—Para qué, igual abortaste el mío, así que no te importó realmente.
Bien, Lupe confirmaba su gran temor, la de que el hombre que amó toda su vida supiera realmente lo que había ocurrido con aquel embarazo. En su desesperación al verse sola y encinta había aceptado los avances de aquel joven campesino, pero una vez casada entendió dos cosas, la primera que había sido un error, no amaba a Luis, y el contacto con aquel chico mulato, por muy atractivo y buena gente, a ella sólo le terminaba dando asco; y lo segundo, podía fingir que tuvo un parto prematuro, pero un niño de seis meses todo bien formado y blanco no podía justificarlo ante Luis; así que en ese momento tomó la segunda peor decisión de su vida y abortó el niño de Antonio apenas tuvo a poco de un mes de casada y más de tres de embarazo.
—Fui una cobarde lo reconozco, —dijo finalmente Lupe.
—Y yo un canalla, odie a mi padre por lo que le hacia a mi madre, y al montón de bastardos que tuvo fuera del matrimonio, al final yo termine siendo igual o peor.
—¿Es cierto?
—¿Qué cosa?
—Que violaste a Pablo.
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Confrontación - Serie: Étoile Producciones - 03
RandomHan pasado poco más de cuatro años y viejos amigos (y otros nuevos) vuelven para seguir con sus vidas, sus luchas, y quien sabe que más. Dentro del mundo de Obligado, nuevos personajes y nuevas historias. *** Se aclara que esta obra contiene conteni...