Capítulo XXVII

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La piscina

—Oficial Barry a que debo el honor de su visita, —dijo el psicólogo sentado tras el escritorio de aquella oficina tratando de parecer lo más circunspecto, pero por su mirada Barry casi podía sentir que iba a soltar la carcajada.

—Deja el tecnicismo sabes bien que no me gusta.

—¿Bien hermanito qué demonios pasa?

—¿No puedo pasar a saludar a mi hermano mayor?

—Sólo te acuerdas de pasar cuando tienes algún problema; bien, ¿cuál es el asunto?

—Es que no puedo venir y preguntar ¿cómo te va con la novia millonaria?

—Deja esos cuentos, yo no tengo novia y menos millonaria.

—Fuiste a conocer a la suegra el pasado fin de semana, lo supe cuando pase a visitarte por tu apartamento y me contó tu vecina.

—Esa chismosa, ¿quién le meterá esas ideas?, —sonrió el psicólogo; recordando cuando aquella mujer lo veía salir todo arreglado esa noche y le preguntaba si por fin tenía una cita; la respuesta de él en ese momento era un compromiso 'medico' con la madre de una paciente, que por usar silla de rueda había pedido una consulta privada. 

—Vamos Byron, no te andes con cuentos, cuenta de una santa vez cómo es la suegra.

El psicólogo sonrió y miró al otro que se sentaba en una de las butacas al frente.

—Supongo que la suegra entiende mejor la cosa que Paula.

—¡Paula!, eso si es un adelanto, ahora es Paula, hasta hace unas semanas era sólo la madre del chico con el padre preso.

—Ella no está lista para una relación, —dijo Byron.

—Y si no es por tu futura suegra, ella ni se entera que tú estás interesado en ella.

—Creo que la situación es como que ella está interesada en mi, pero no sabe como aceptarlo.

—¿Y tú no estás interesado en ella?

—No juegues al detective conmigo.

—Entonces te interesa, ¿por qué simplemente no le pides una cita y ya?

—Mira quien habla, ¿cómo estás tú con ese gordito del perro?

—¿Qué insinúas?

—Desde que el chico ese desapareció tú andas molesto y gruñón.

—Eso no es cierto, estoy molesto por un maldito caso.

—¿Caso?

—Un chico que mató a su madre.

—¿Ah, entonces lo que estás es enamorado de este otro chico?

—Pero qué tienes, acaso piensas que me enamoro de todos los chicos en mis casos.

—Hubo una época...

—Por qué no dejas que termine el cuento primero, y no, no estoy interesado en el chico, al menos no de esa forma, —reclamó molesto Barry.

—¿Entonces sigues pensando en el chico del perro?

—¿Me vas a dejar terminar?

El hombre tras el escritorio levantó las manos en rendición y dejó al otro echar el cuento. Un rato más tarde decía.

—A ver si te entendí, la mujer era amiga de las drogas, se drogaba y luego llamaba a los servicios de emergencia, salvo la vez que murió. Sospechas que el hijo tuvo que ver con eso, pero no tienes ninguna prueba para confirmarlo, es ese el resumen.

Confrontación - Serie: Étoile Producciones - 03Donde viven las historias. Descúbrelo ahora