Confrontación - Serie: Étoile Producciones - 03

Capítulo XLV

Moscón

Lupe entraba en el local de Pablo, iba acompañada por Ingrid. La mujer, tras pensarlo mucho había decidido mudarse, vender su viejo apartamento y cambiar de ciudad. Lupe pensó que sería bueno igual para ella; así que ir a la inmoviliaria de Pablo serviría para dos cosas a la vez, y una de ellas era despedirse de Pablo, era tiempo de terminar de hacerlo; ella, al igual que Ingrid, estaba cansada de fantasmas y recuerdos; el haber visto a Antonio y todo lo que le dijo sólo sirvió para ahondar más en las heridas, y ya no quería seguir en ello.

Pablo la recibió fríamente, cuando ella le explicó la razón de su visita el chico se tranquilizo un poco; pero indicó que ese día no podían ayudar a su amiga; ellos estaban en una crisis. Igual ocurría con otro chico presente que preguntaba por la compra de un local unas cuantas cuadras abajo, pero que entraba dentro para ayudar a Pablo y Miguel.

—Miguel, saca todos los servidores, los chicos de la estación están por llegar; —gritó Pablo al socio. —No quiero que esas maquinas nos contaminen algunas de nuestras computadoras, no voy a transcribir de nuevo los archivos.

—¿Qué está pasando?, —se atrevió a preguntar Lupe al otro chico que entró a ayudar.

—Al parecer hubo un asalto en un galpón donde la policía estaba usado los servidores del sitio para atrapar a unos mafiosos, pero estos entraron al lugar e incendiaron todo dentro.

—¿Y por qué no usan las computadoras de la estación de policía?, —se atrevió a preguntar Ingrid.

—Son maquinas muy viejas, su red es muy lenta y anticuada; y está el problema de los hackers, al parecer habían entrado en una red de la mafia y esos sitios tienen muchas defensas, lo que implica virus, gusanos y quien sabe que más; si entraran esas cosas en la red de la policía pueden hacer mucho daño; —explicó Miguel que estaba desconectando una computadora dentro del local y sacándola del escritorio.

—¿Y supieron algo más de Toby?, —preguntó el otro cliente a los chicos dentro. Las dos mujeres, que estaban por salir al ver lo que estaba ocurriendo y volver en otro momento se detuvieron de repente.

—No nada, no se han encontrado los restos, se supone que están bajo los escombros del incendio; pero se necesitaran grúas, maquinas y tractores para poder limpiar antes de despejar y encontrar algo, —completó Miguel.

—No lo puedo creer, —dijo James. —Primero Louis se suicida y ahora Toby muere en ese incendio.

—¿Louis, Toby, qué Toby?, —preguntó Ingrid a los chicos presentes.

—Mi vecino, —dijo James.

—¿Su vecino es un chico de unos veinte años, pelo negro y ojos oscuros?, —preguntó la mujer.

—Si, el mismo, él y Louis eran mis vecinos y socios, estábamos comprando el local de don Pedro, pero ahora ambos ya no están, no me lo puedo creer todavía; —explicaba James.

Ingrid tuvo que sentarse, no pudo sostenerse más al escuchar y entender la noticia, "Toby había muerto". James miró asustado a la mujer y preguntó qué le pasaba, si necesitaba ayuda. Lupe aclaró que ella era la madre de Toby. James sólo pudo decir.

—¿Así que usted es la mujer que lo alteraba?

—¿Qué cosa?, —preguntó la mujer llorosa.

—Una vez Toby llegó todo fuera de sus cabales, me acuerdo que fue un día de lluvia; lo único que pudimos Louis y yo extraerle es que se había encontrado con la perra de su madre, disculpe usted, así la llamó, más o menos.

Ingrid iba a preguntar algo, pero la puerta se abrió de repente y un chico rubio platinado entra todo divertido.

—¿Amor, dónde estás escondido?, mira que se que ese poli te dejó; así que no tienes excusas para no salir conmigo.