Capítulo IX

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Eutanasia


Los bares Gekos se ubicaban en distintas partes de la ciudad. Cerca del puerto estaba el Geko Playa, con su lagarto naranja en el letrero y era el lugar para aquellos que en las noches iban a disfrutar de los mariscos, gambas y peces de los distintos puestos callejeros en la alameda playera, y luego pasaban al bar por algo de bebidas y música, karaokes y baile. Cerca del campus universitario de la ciudad estaba su gemelo, el Geko Jade con su lagarto verde, y que se había convertido en el sitio de reunión de locos paranoicos que pretendían ser los Greenpeaces locales. El barrio alto tenía al Geko Dorado, su lagarto amarillo era el lugar donde los hijos de ricos y famosos solían ir, y era el más caro de todos ellos. En las afuera de la ciudad, cerca de las salidas norte, sur y oeste respectivamente estaban los Gekos Azul, Rojo y Mora, y donde los jóvenes de las periferias y suburbios bajaban por algo de marcha y baile.

El último de los bares Gekos, era el Rosa, aunque el lagarto de la entrada tenía en realidad un color entre púrpura y magenta. Era el más pequeño de todos aquellos bares, y el único ubicando en el barrio viejo, no tan lejos del puerto, en una zona revitalizada por bohemios y artistas. No estaba tan lleno de adolescentes buscando fiesta; dado que muchos chicos preferían no ir al mismo por las connotaciones de lo que implicaba el nombre; la mayoría de los adolescentes prefería no sentirse identificados con el colectivo LGBT+; así que ese era el lugar donde sólo se reunían los chavales que habían ya salido del armario, y gente del ambiente artístico.

Toby salía molesto del Geko Rosa, eran apenas las nueve de la noche y Rojillo no se apareció finalmente; un simple mensaje de texto le indicaba, «Lo siento amigo, un problema mayor que resolver aquí en casa». 

Toby no iba a insistir, conocía bien cuál era el maldito problema de Louis. El chico mantenía a la madre desde que su padre se largo con una fulana más joven que la mujer. La madre empezó una espiral de autodestrucción y abandono cada vez mayor. Ella inició con el alcohol, luego siguió con las pastillas, los analgésicos y los antidepresivos médicos se habían convertidos en sus mayores amigos; era más el tiempo que pasaba ida, al que estaba consciente y ello ocurría sólo cuando era llevada al hospital para un lavado de estomago por quien sabe que porquería que tomo. Louis le contó que una vez ingirió desesperada una botella de alcohol etílico. Toby pensaba más bien que ella estaba desarrollando el síndrome de Münchhausen, como una forma de atraer la atención.

Su molestia no era tanto con el amigo, sino con el productor de Sátiros, él podía hacerse el idiota, pero entendía bien que para aquel sujeto ya había dejado de ser la novedad, el culo nuevo al que follar, que le estaba sacando el cuerpo y Toby ya se estaba cansando de ser el tonto útil. Toby había mantenido el interés del hombre siendo el alcahueta que le conseguía chicos nuevos y casi virguitos a los que follar. Louis y los gemelos eran los últimos en la larga lista de aspirantes para aquel depredador sexual y el bar Rosa era el mejor sitio de caza. Traer a Louis, con su pelo rojo, era como traer consigo un buen anzuelo.

Iba de regreso al miserable cuarto que alquilaba, cuando reconoció al sujeto que caminaba al otro lado de la calle. Lo pensó unos instantes, el hombre iba solo y al parecer tenía prisa. Él decidió cruzar la calle e interceptarlo. Como quien no quiere la cosa y aparentando un accidente por mirar al suelo, chocó intencionalmente con el hombre.

—Disculpe, —dijo el chico, subiendo la cabeza para mirar a otro hombre.

—Si, esta bi..., —dijo James quien no pudo continuar al reconocer al chico al frente de él. —Vaya que sorpresa, —se atrevió a decir James.

Toby sonrió.

—Sí, es una grata sorpresa.

—Bueno, gusto en verte, pero la verdad es que voy apurado. —James miró el reloj en su muñeca. Realmente tenía prisa, pronto serían las diez de la noche y la única tienda de conveniencia aún abierta cerraría sus puertas. —La verdad es que si no me doy prisa no llego a la tienda.

Confrontación - Serie: Étoile Producciones - 03Donde viven las historias. Descúbrelo ahora