Capítulo 34|Secrets|

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- ¡Kendall, deja de ser un cobarde y da la cara!- volvió a gritar con desesperación.

Definitivamente la Rodweill era inmensa, tan solo había pasado unas horas y el paradero de Kendall ya había sido descubierto.

Jaden como era de esperarse iba hecho una furia, cada palabra que decía salía disparada con el único fin de lastimar.

Su mano izquierda estaba formada un puño apretandolo de tal manera que pareciese que sus nudillos de saldrían de la piel en algún momento.

Mientras que su mano derecha llevaba con toda la firmeza del mundo su arma favorita cargadisima de balas, esa que solo usaba en asuntos importantes; así como éste.

Su paciencia estaba acabando, los segundos pasaban y el inútil de Kendall seguía sin salir.

Sus zapatos resonaron en el concreto a medida que se acercaba a aquella casa, aunque no respondía nadie sabía que él estaba ahí.

- ¿No vas a salir pedazo de mierda?- volvió a preguntar cuando ya estaba al frente de la puerta.

De nuevo no recibió respuesta alguna.

Dio tres como es hasta que consiguió abrir aquella puerta.

Entró al instante preparándose de que la casa al parecer estaba vacía, pero él no era tonto.

Camino por la pequeña casa, el sillón estaba desordenado, había almohada y mantas desacomodadas dando a entender de que alguien dormía ahí y el televisor estaba encendido en un canal cualquiera.

- No te escondas mierda.

Una puerta en el fondo estaba entre abierta, se dirigió ahí y la abrió por completo haciendo todo el ruido posible.

Era el cuarto de limpieza, todo parecía tranquilo, había una lavdora, una secadora y algo de ropa en un cesto pero también había un armario de donde se escuchaba bastante una respiración acelerada.

- Bingo- dijo en un susurro; automáticamente se le firmó un a sonrisa en los labios.

Al estar frente aquella puerta la abrió de par en par y ahí están él, vulnerable como se debió de haber visto siempre.

Al ver a Jaden apuntandole frente a él con un arma hizo que Kendall soltara un gran suspiró.

- Que gusto volvernos a ver Kendall- su tono de voz fue el más sarcástico que había utilizado en su vida.

- ¿Cómo carajos me encontraste?- dijo el con expresión de susto.

- Al parecer no conoces el poder de la Rodweill- dijo Jaden con una gran sonrisa en el rostro.

Acomodo su arma y le apuntó en la cabeza, el hombre sólo sudaba sin decir ninguna palabra.

- Jaden vamos, hay que llegar a un acuerdo- suplicaba Kendall haciendo que una carcajada amarga saliera de Jaden.

- Oh Kendall, no menciones mi nombre en estos momentos. Las bestias no tienen nombre- una sonrisa se volvió a formar en el rostro de él.

- Yo no tenía pensado matarte Kendall, sólo quería jugar un poco contigo pero tú con tus estúpidas decisiones te vas a matar sólo. ¿Dónde está tu Carbelleor ahora?- fue lo último que dijo sin dejar contestar a Kendall que estaba a sus pies, jalo el gatillo de su arma y observó como Kendall se desvanecía en el suelo.

Un grito ahogado, un cuerpo caído y demasiada sangre derramada.

Le dio la última mirada al cuerpo sin vida de Kendall para después salir de aquella casa como si nada hubiera pasado.

Nunca Fui Quien Tú Creiste ✔Donde viven las historias. Descúbrelo ahora