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Un primer mareo.

Un segundo mareo.

Un tercer mareo.

Un cuarto mareo.

Y un quinto mareo.

Ups, creo que ya estoy muy tomada. El piso se me mueve con cada paso que trato dar por la sala, mi respiración es tranquila, pero cada vez que veo a Colbyn siento como si hubiera corrido horas. Esta se acelera mucho, lo único que puedo pensar es en ese rico y delicioso beso de hace unas horas. No puedo evitar mirarlo y quedarme viéndolo por largos minutos, él es tan.. guapo.

Es el único que me ha acompañado en estos momentos tan dolorosos para mí, después de que Fergal me vio la cara de idiota; Colbyn me ha distraído mucho, ha hecho que olvidé todo lo que me pone mal. Ni siquiera sé cómo es que nunca me di cuenta del gran hombre que tengo como amigo, a él siempre lo vi como un amigo, pero ahora estoy viendo más allá de eso.

Estoy viendo el gran hombre que es, él es guapo, lindo y muy divertido, aparte; besa como los mismos dioses.

Espera, Tam. Espera, ¿En que diablos estás pensando?

¡Colbyn es tu amigo!

No debes pensar así de él.

- Hey, Tam. -la voz de Colbyn me contrajo a la ebria realidad.

Parpadeé varias veces al voltear a verlo, su figura me era un poco borrosa por el alcohol que había bebido, después de unos segundos por fin logré mirarlo con claridad. Sus ojos marrones estaban fijos en los míos; mientras que una pequeña sonrisa estaban formando sus labios pequeños.

- ¿Si? -musité cerrando los ojos con fuerza por un segundo.

- ¿Estás bien? -pregunto acercándose a mí costado.- Es decir, te quedaste callada desde hace unos minutos.

- Estoy un poco mareada. -admití agitando mi cabeza.

Creí que ayudaría hacerlo, pero fue lo contrario a eso. Sentí como si hubiera habido un temblor.

- Creo que es hora de ir a dormir. -lo escuché decir mientras tocaba mi frente.- Estás muy caliente. -susurro, en cuánto lo dijo; su aliento a tequila choco contra mi cara.

Oh, por dios.

Había olvidado que aún tenía algo de gripe, la fiebre había desaparecido por ratos nada más.

El tequila, la gripe y la fiebre no eran un buen experimento.

- Oh, no. -me negué sin importarme nada.- El tequila sabe demasiado bien.

- Lo sé. -admitió recargando su cabeza hacia la parte de atrás del sofá.- Pero yo también me siento mareado.

- Estás borracho. -reí al decirlo.

Por alguna razón comencé a reír, segundos después Colbyn me siguió. Su risa era dura, nada escandalosa, pero muy soportable. Dios, su risa era sexy y no me había dado cuenta, hasta ahorita.

Luego de un tiempo paramos de reír. Por algún motivo Colbyn se sentó bien y terminamos viéndonos.

- Eh, yo.. y-yo.. -su voz se cortó en seco.

Pero eso no me importo en lo absoluto, sin evitarlo; mis ojos cayeron en aquellos labios pequeños, sus labios estaban en línea recta. Mientras qué su respiración era calmada, era lo contrario a la mía. Mi respiración estaba agitada, como si estuviera cansada. Mi corazón se aceleró y mis piernas temblaron por unos segundos, podría decir que se habían hecho gelatina.

- Será mejor que vayamos a las habitaciones. -hable como pude.

Me puse de pie; tambaleando un poco y camine hasta la puerta. Le puse seguro y enseguida apagué las luces de nuestro alrededor.

Por Una Mujer ✔️ [#1 Trilogía: The Shield]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora