Capítulo 8

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-Dafne...Dafne...- a medida que iba abriendo los ojos oía mi nombre con la voz de mi padre.

-¿Dónde mierdas estoy? ¿Dónde está Odnoliub(el nombre que Eros se ha puesto para alguna cosa extraña que no me han contado)?- observé como mi madre me miraba de lejos, achinando los ojos como si fuera sospechosa de un crimen.

Poco a poco se fue aclarando la vista y me di cuenta que estaba donde no debería estar, en casa de la familia fundadora.

-¡NO JODAS!- a mis padres se les ocurrió la maravillosa idea de llevarme a casa de la familia fundadora en vez de llevarme al jodido hospital más cercano.

-Hija, sabes que aquí te curarán mejor. La Gran madre es curandera y muchas vidas ha salvado.- dijo mi padre tratando de calmarme.

-No quiero que nadie me salve la vida. No es una enfermedad física ni tampoco psíquica. No estoy mal papá, están pasando cosas extrañas. Los chicos no parece que- sin poder acabar de hablar apareció la arpía de Agatha que por cierto es irónico ya que es todo lo contrario al significado de su nombre.

-Bueno chicas, os dejo hablando de vuestras cosas- dijo mi padre cerrando la puerta detrás, como si fuéramos mejores amigas y eso fuera una escena ridícula que hacen en las pelis.

-Por favor papá, nunca digas "vosotras" que ni en eso quiero juntarme a ella.

Agatha es parte de la familia fundadora, es la hija mimada y pesada de esas que en toda película y libro salen. Tiene un hermano ; un chico muy pero que muy guapo.

-Bueno bueno, pero mira quién ha salido de su cueva. ¿ O debería decir caverna? Ya que adoras tanto las estupideces filosóficas- Agatha realmente era insoportable.

-Veo que has estado repasando un poco Platón. Que sepas que estoy aquí en contra de mi voluntad y en cuanto pueda levantarme me iré.

-¿Qué te ha pasado? ¿Has tenido alguna pelea con un ser mitológico?- si ella supiera...

-No creo que te importe pero si, no sé todavía que tipo de ser era pero sé que tenía fuego y figura humana, y encima es capaz de meterse en mi mente.

-Estás loca y por eso tus padres te encierran en casa. Te pasas tanto tiempo llorando que siempre llevas esas ridículas gafas de sol para ocultar tus horribles ojos - que buena teoría.

-Maravillosa teoría Agatha. ¡QUE ALGUIEN LE DE UN OSCAR!- me empecé a reír cuando me di cuenta que estaba planeando algo.

-Ahora estás débil por las plantas que te ha dado mi abuela. -cerró la puerta con llave- Vamos a averiguar que maravillosos ojos oculta este plástico barato- no podía ser, no podía ser...

-Agatha, no lo hagas. Por favor no lo hagas- a medida que le iba pidiendo que no, ella se reía y a pesar de alejarme pudo quitarme las gafas.

-Abre los ojos Dafne, seguro que podemos seguir peleándonos sin que me veas tan oscura.

-No te veo oscura por las gafas- con los ojos cerrados noté el impacto de un cristal roto a mi lado, tal vez había lanzado algo la psicópata esta.

-ABRE LOS JODIDOS OJOS BRUJA- me presionaba las mejillas y yo a penas podía moverme, juré que cuando se me pasase el efecto le reventaría la cara. Pero lo primero era salir de esa.

-PARAAAA AGATHA, AYUDAAAAA- empecé a gritar como cual manicomio pero como siempre, nadie me oyó.

-Vamos Dafne, ya queda poco- Agatha se sentó encima mío y empezó a presionarme cerca de los ojos para que los abriera. Realmente faltaba poco para abrirlos y temía por lo que pudiera pasarle. Ella me caía mal pero no llegaba a desear su muerte.

DafneDonde viven las historias. Descúbrelo ahora