Capítulo Siete.Rubén Sastre

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Miré hacia atrás y vi a mi profesor mirándome.

-¿Todo bien, Helen?.

-En Tailandia la gente cocina bien las verduras.

-¿Por qué dices eso?.

-Porque soy vegetariana.

-¿Eso es un sí?.

-¿Por qué no hacerlo de todos modos?.

¿Por qué diablos tomaba mis más alocadas decisiones después de discutir con mi madre?. ¿Por qué?.

No tardé demasiado en hacer la maleta para viajar junto al profesor Sastre a Tailandia. No sabía muy bien porque desafiaba a mi propia persona haciendo aquello pero lo cierto es que lo estaba haciendo y ya no había vuelta atrás.

En realidad si la había. Podía no presentarme en el aeropuerto pero no fuí capaz de faltar a mi palabra a pesar de las veces que se me pasó por la cabeza y de estar a punto de dormirme y llegar tarde.

-¿Falta de despertador?.

El profesor me esperaba en la entrada principal del aeropuerto.

-¿Cómo?.

-A leguas se te ve que te has dormido. Siempre que tenías clase a primera hora ibas con la misma cara.

-¿En una clase de cincuenta te fijabas en mi cara?.

-Siempre llegabas la última y corriendo.

-Es cierto. ¿Vamos a facturar o qué?.

Escuché una risita tras de mí pero la ignoré. Si iba a convivir quince días con aquel hombre, mandarlo a freír espárragos la primera media hora no era la solución.

Tras varias escalas y con las piernas doloridas de no poder moverme, llegamos a Bangkok donde hicimos noche para salir por la mañana hacia una aldea cercana.

-¿Crees qué habrá suficientes verduras para tí?.

El profesor Sastre me miraba alegremente mientras paseábamos por un mercado callejero repleto de frutas, hortalizas y especies.

-Creo que sí. Lástima que no haya suficientes gimnasios para que hagas ejercicio. Te vas a poner fondón.

Donde las dan, las toman....

Su silencio no fue demasiado duradero. Le gustaba hacerme enfadar o eso parecía pero, en realidad, estaba segura de que era su forma de romper un hielo que durante un año de relación profesor-alumna se había venido fraguando.

Sólo por eso te daré una tregua....

-Mañana viajaremos hacia una aldea de la provincia de Nonthaburi. Allí tienen un pequeño hospital que necesita de nuestra ayuda. Habia pensado en que te ocupases tú de los niños en las mañanas. Después podríamos investigar juntos.¿Te parece bien?.

-Más qué bien.

-He de advertirte de algo antes, Helen-me tomó de las manos-.

Estábamos notoriamente cerca, más de lo que nunca había estado de Hassan, incluso pude ver el iris de sus oscuros ojos. Era incómodo por lo que traté de alejarme, montando un dispositivo de seguridad entre nosotros.

-¿De qué se trata?-respondí soltando las manos para tocarme el pelo-. He crecido en Marruecos, ¿sabes?. No me dan miedo las arañas ni las serpientes.

-No es eso sobre lo que quiero avisarte. Sé que no hubieses estudiado tu especialidad si realmente no estuvieras convencida de ello pero trabajar con niños enfermos es muy duro. La primera vez que te enfrentas a ello, el mundo se te cae encima.

Más que Hermanos((COMPLETA))#3Donde viven las historias. Descúbrelo ahora