Capítulo Diecinueve. Mamá

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De repente, ví a mi cuñada besando a otro hombre, un hombre de ojos rasgados y tez morena y Gabriele en sus brazos....

¿Estaría Laura siendo infiel a mi hermano? ¿O tal vez fuese otra broma del destino tal y como la imagen que siempre había visto casándome con Hassan?.

Los meses fueron pasando de forma lenta pero dulce en nuestra vida. Rubén y yo conseguimos alquilar una casa de dos plantas en la medina, cerca de la consulta de Lazard.

La vida de barrio, a la que yo no estaba demasiado acostumbrada, era encantandora y más de una noche, acabábamos cenando en casa de algún vecino que se ofrecía a invitarnos. En aquellas veladas, Rubén disfrutaba enormemente  hablando con los ancianos,interesándose por remedios ancestrales y aprovechando para aprender un idioma-el árabe- que se le daba perfectamente a pesar de lo dificil que era.

Mi encantador marido aún no había superado sus miedos para tratar a  los pacientes pero la seguridad que Lazard le transmitía, le ayudaba bastante y los clientes de mi tío empezaban a considerarlo como un gran médico que a todos enamoraba.

-¿Qué tal te ha ido el día, Rubén?.

Cada día, al atardecer, iba a buscarlo a la consulta. Después paseábamos por Marrakech cogidos de la mano, como siempre hacíamos.

-Muy bien. Confieso que me va a costat acostumbrarme a memorizar todos y cada uno de los clientes de tu tío. Él parece saberse todos al pie de la letra pero yo debo apuntarlos en una agenda para no perdeme.

-El tío siempre ha tenido una gran memoria, Rubén. No debes preocuparte por eso. De todos modos, la experiencia te dará la capacidad para ello.

-Supongo que así será-sonrió-. Tu padre ha estado esta tarde en la consulta. Vino a invitarnos a cenar a su casa.

-¿En serio?.

-Sé que las cosas con tu madre siguen difíciles pero hace dos meses al menos que no la ves.  ¿No crees qué es momento de darle una oportunidad y arreglar las cosas?.

-¿Crees qué será capaz?. Por más que intento, siempre saca las cosas de quicio. Parece convencida de que sigo enamorada de mi hermano.

-También puedes explicarle las cosas. No tiene porque pensar cosas que no son.

-No hay alternativa, ¿verdad?.

-Le dije a tu padre que hablaría contigo. Parecía ilusionado por vernos.

-Supongo que habrá que ir.

No sólo debía enfrentarme a mi madre sino también a Laura, quien seguía viviendo en la mansión Alfasi junto a Hassan. Quizás me hubiese confundido con mi intuición, quizás ella no estuviese siendo infiel a mi hermano. No lo sé. Pero, por lo que tío Lazard me contaba, la relación entre ellos no iba demasiado bien, al contrario, iba de mal en peor y yo me preguntaba si realmente ella no estuviese conociendo a alguien de verdad. Al fin y al cabo, el horario de trabajo de Hassan era bastante extenso y ella tenía todas las oportunidades habidas y por haber de poder salir a ver todo el mundo-u hombres- que quisiese.

Fuere lo que fuere, a la noche siguiente, me ví medio obligada por el deber, a volver a la mansión Alfasi. Llevaba sin pisarla desde hacía tanto tiempo que incluso me sorprendió su tamaño. Me pregunté en ese momento qué era lo que había sentido mi abuela Helen la primera vez que la había visitado junto a mi abuelo. Mi madre estaba acostumbrada a la vida lujosa pero Helen Brown no.

-Buenas noches, sobrina. ¡Cuánto tiempo hace que no nos vemos!. No parece que vivas en la misma cuidad que yo.

-Tío Alí, ya sabes que el estudio me absorbe mucho tiempo. Ni siquiera veo a mi ma.....novio.

Más que Hermanos((COMPLETA))#3Donde viven las historias. Descúbrelo ahora