Capítulo Veintiuno. Sudáfrica

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-Te he visto amando a Laura.

-¿La conoces?.

-Como no. Es mi cuñada. Mi hermano es el padre de Gabriel.

-¿Cómo?.

Sí. Soy la tía de Gabriel, el niño al que quieres amar....

Ahora sé porque Laura no es capaz de llevarse bien con Hassan y lo peor de todo es que se, a ciencia cierta que Laura ama a Abdelhamid con todo su corazón.

Al igual que él a ella....

-Sí, Abdelhamid. Laura es la mujer de mi hermano Hassan. Teóricamente, soy tu terapeuta y no puedo decir nada pero tan sólo intentar llevar las cosas bien. No quiero ver a mi hermano sufrir.

-Me he buscado a la médica idónea, ¿eh?. Al final van a tener razón tus pacientes. Ves demasiadas cosas.

-Siempre las he visto. ¿La amas?.

-Demasiado, Helen. Se que te cuesta pero, ¿Puedo confíar en tu discreción?.

-Cuenta con ello. Aunque sigo diciéndote lo mismo. No hagáis daño.

Salí aquel día de la consulta con muy mal cuerpo. Sabía que aquellas dos personas se amaban. En condiciones normales, me alegraría de ver a dos almas queriéndose la una a la otra pero tratándose de los sentimientos de mi hermano y mi sobrino, me costaba la vida misma ser discreta.

-No tienes buena cara hoy,Helen.

-No ha sido un buen día, Rubén. Ya sabes. Hay días en los que los pacientes te vienen con problemas que te llegan demasiado.

-Te entiendo. Hay días y hay días. Tenemos una profesión demasiado dura.

-Quizás este verano debamos hacer una excursión de las nuestras.

-¿Crees que Lazard me dará vacaciones?

-Sí, si yo se lo pido-le guiñé un ojo-.

Me dolía no contarle a Rubén lo que me había sucedido aquella tarde pero debía guardar aquel secreto porque mi profesión me lo exigía. ¿Y qué decir de Hassan?. ¿Cómo mirarle a la cara sabiendo lo que sabía?. Demasiadas cosas para guardar...De todas las cosas que había visto a lo largo de los años, la visión de Laura y Abdelhamid era la que más me estaba tocando. Y eso que había visto cosas muy jodidas.

Traté de olvidarlo, de no pensar, volví a ignorar a mi hermano e incluso perdí peso.

-Helen-me habló Abdelhamid-. No te veo bien. ¿Es por lo de tu hermano?.

-Me temo que sí. Es algo que me está superando y más sabiendo que ella está con él sólo por Gabriel, que siguen discutiendo, que nada les une. Perdóname por lo que voy a decirte pero no creo que pueda seguir siendo tu terapeuta.

-Suficiente tiempo has aguantado. Creí que me mandarías a la mierda después del primer día.

-Quizás en el futuro pueda seguir siéndolo, Abdel.

Sentí una tremenda liberación al despedirme de los recuerdos de mi compañero de trabajo aunque aún así, seguía copando mi mente.

Cuando al fin, mi marido y yo, cogimos un vuelo con destino a Sudáfrica para aprovechar nuestras vacaciones juntos, pude desconectar. Aunque con motivo de otro problema diferente....

Teníamos previsto trabajar en un hospital cercano a Johannesburgo, ofrecer nuestra ayuda como voluntarios y luego tomarnos una semana de libre disfrute. A veces nos veíamos tan poco que, en ocasiones, dudábamos de si éramos reales o no. Pero a mitad de la segunda semana, empecé a encontrarme mal en el hospital.

Más que Hermanos((COMPLETA))#3Donde viven las historias. Descúbrelo ahora